POR MANUEL NICOLÁS MESEGUER

En el marco de la precampaña para las elecciones generales del 9 de marzo de 2008, diversos artistas, científicos e intelectuales españoles crearon una plataforma para apoyar la reelección del presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Fue denominada Plataforma de Apoyo a Zapatero (PAZ) y se presentó el 9 de febrero de 2008 a través de un acto público en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Como preámbulo se lanzó un vídeo a través de los medios de comunicación y de las redes sociales con el título «Estamos con Zapatero». En él aparecían algunos de los impulsores de la plataforma (Concha Velasco, Álvaro de Luna, Miguel Bosé, Ana Belén, Víctor Manuel, etcétera), junto a ciudadanos anónimos que mostraban su apoyo al candidato socialista utilizando el gesto que en lengua de signos española designa a Zapatero. Este gesto consistía en flexionar el dedo índice y colocarlo a la altura de la ceja, formando la característica ceja levemente puntiaguda de Zapatero. El signo llegaría a denominar, incluso con tono peyorativo, a los «famosos» que respaldaban a Zapatero como «los de la ceja». Entre ellos no sólo se encontraban personalidades que habían apoyado al PSOE en procesos electorales anteriores, sino también conocidos simpatizantes del Partido Comunista de España y de Izquierda Unida. Tras sus primeros cuatro años de gobierno, Zapatero había logrado agrupar a su alrededor a un nutrido colectivo del mundo de la cultura, la ciencia y los medios de comunicación. La capacidad de convocatoria y movilización mediática de este colectivo de simpatías izquierdistas no tenía un reflejo en el otro lado del espectro político, por eso su capacidad de influencia resultaba preocupante para el Partido Popular y para los medios y colectivos hostiles a Zapatero y al PSOE.

El objetivo de estas páginas es estudiar las acciones de la PAZ, así como su relevancia en el panorama de la comunicación política en España. También serán valoradas las consecuencias que tuvo este respaldo a Zapatero en los vaivenes de las políticas culturales posteriores. Sobre este último asunto hay controvertidas cuestiones que en numerosas ocasiones han sido explicados desde los ecos de aquel «Estamos con Zapatero». Se trata del llamado «canon digital» sobre dispositivos y soportes digitales, las medidas legales para la protección de la propiedad intelectual en internet y contra la piratería, el tratamiento impositivo del consumo o disfrute de productos culturales o la protección de la producción cultural a través de subvenciones e incentivos. No se trata de establecer en este artículo una relación directa entre posicionamientos y simpatías políticas con premios y prebendas, o con castigos y revanchas. Esto implicaría juicios de intenciones que no son pertinentes en un texto como éste. No obstante, estos juicios de intenciones sí que salpican la información de prensa y las declaraciones de gestores políticos y agentes de las industrias culturales y han sido determinantes en la construcción de los relatos sobre la relación entre el mundo de la cultura y el poder político.

 

LA CAMPAÑA ELECTORAL DE 2008

La campaña electoral de 2008 partía con ventaja para el PSOE de Rodríguez Zapatero, que gobernaba en España con mayoría relativa desde marzo de 2004. A principios de 2008, la recesión económica no había mostrado el profundo calado que tendría en España y el gobierno socialista había evitado tomar medidas drásticas para afrontar las malas previsiones que había al respecto. La campaña se enfocó hacia la reelección y, por tanto, se trataba de transmitir confianza y optimismo, así como de celebrar los logros y las grandes apuestas de la última legislatura. El PSOE lanzó una campaña oficial en la que utilizó trece lemas distintos, siendo el principal, presente en todos los carteles, «Motivos para creer», que se complementó con otro eslogan utilizado en el cierre de los spots: «Vota con todas tus fuerzas» (Peña y Ortiz, 2011, 562).

En su artículo «El ojo y la zeta: la propaganda electoral de José Luis Rodríguez Zapatero para las elecciones generales españolas de 2008», Francesco Screti hace un análisis brillante y revelador sobre la campaña del PSOE de ese año. El investigador considera que dicha campaña se concibe «para los medios más que para los electores, una campaña que aprovecha la permeabilidad del sistema de los medios y su capacidad metacomunicativa y autorreferencial» (Screti, 2011, 218). En esto se basó en gran medida la originalidad de esta campaña y también la potencialidad de reenvío y reinterpretación de mensajes. Por otra parte, el PSOE ya venía potenciando la imagen del candidato por encima del partido y las ideas desde la campaña de 2004, con estrategias tan exitosas como el logotipo ZP o el argumento del (buen) «talante» de Rodríguez Zapatero (Campmany, 2005). Screti explica que en la campaña de 2008 «no hay propuestas, ni argumentaciones racionales, sino eslóganes, imágenes-marca, palabras-marca, gestos-marca, logos-marca o letras-marca» (Screti, 2011, 216). La prioridad es dar visibilidad y reconocibilidad al candidato y a la marca. Después llegarían los argumentos, y entre ellos había una trayectoria de gobierno trufada de grandes titulares. Zapatero había cumplido sus promesas más mediáticas, haciendo frente desde su (buen) «talante» a los poderes y a las voces críticas. Se había aprobado la retirada de las tropas españolas de Irak (mayo de 2004), la ley que permitió el matrimonio entre personas del mismo sexo (2005), la reforma legal que reguló el llamado «divorcio exprés» (2005), la creación de la asignatura Educación para la Ciudadanía (2006), la ley de la Memoria Histórica (2007) y la ley para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres (2007). Además, Rodríguez Zapatero había hecho en 2006 una declaración institucional desde el Congreso en la que anunciaba el inicio de un proceso de diálogo con la banda terrorista ETA que llevara a su disolución sin contraprestaciones políticas. Al mismo tiempo, durante la legislatura que se había iniciado en 2004, se había producido una movilización social sin precedentes en el ámbito conservador. El Partido Popular, colectivos conservadores y religiosos y la propia Conferencia Episcopal estuvieron especialmente activos en las movilizaciones por su oposición radical a algunas medidas del gobierno mencionadas anteriormente.

Otro frente muy activo de oposición al gobierno de Zapatero estuvo conformado por foros y colectivos de internautas y consumidores, así como desde el sector de fabricantes y suministradores de dispositivos digitales. Ese frente se hizo visible a partir de la regulación del «canon digital» que se aprobó en 2007. El gobierno de Zapatero mostraba con esta nueva regulación de la «compensación equitativa por copia privada» su compromiso con las demandas de las entidades de gestión de derechos de propiedad intelectual y se comprometía además a desarrollar instrumentos contra la piratería en internet.