Prezado leitor, querida lectora:
Es este un dosier doble armado desde una doble querencia y curiosidad personal: la de dos diplomáticos apasionados por las literaturas de Brasil y Portugal; la de dos escritores empeñados en desmentir la actualidad de la cita que Ángel Crespo colocó al frente de su seminal antología de poesía portuguesa publicada por la editorial Adonais en 1961: Iberia semper incuriosa suorum?
Sobra decir que ni las relaciones internacionales ni el reino de las letras son realidades fijas, objetos de estudio estático, sino flujos de intercambio, en movimiento constante, en transformación; de regalo y de préstamo, de toma y daca, de viajes e itinerarios que transitan por los países como los lectores deambulan por las vidas ajenas. Y que a veces, como en este caso, acaban por cruzarse. Escribe el diplomático y escritor brasileño Alberto da Costa e Silva: «una de las funciones más fecundas del diplomático, y sin embargo de las menos reconocidas y estudiadas, es la de traer a su país lo que de nuevo se piensa, ensaya y practica en otras partes del mundo».
Es este un dosier doble (Portugal / Brasil) que pretende ser un puente entre dos continentes, pero también entre lugares de un mismo continente tan cercanos y, a veces, extrañamente tan poco próximos. O quizás más bien un túnel entre dos espacios idiomáticos que no son compartimentos estancos, aunque a veces lo parezcan. Porque, pese a las apariencias, propiciar estas conexiones resulta si cabe más necesario cuando se trata de países con tanta(s) historia(s) en común como los representados en este dosier, con unas relaciones literarias de larga data que escritores, traductores y editores de uno y otro lado se han empeñado en mantener a lo largo de los siglos, no pocas veces contra la fuerza de los elementos (y especialmente la de un mercado editorial no siempre propicio para los intercambios entre las dos lenguas).
Este dosier querría por tanto ser un espejo doble que trata de capturar algo de la imagen que tienen de las letras en español los escritores en lengua portuguesa, y viceversa, a la vez que desmenuza los diferentes caminos que llevan de España a Brasil y de Brasil a España, de México a Brasil, de Brasil a Argentina, de Portugal a España… Y que trata de hacerlo no desde la teoría, sino desde los caminos recorridos por personas concretas que, desde su generosidad, trabajan en una lengua sin dejar de tener la vista y el oído, y a menudo el corazón, en otra: José Rui Teixeira, Javier Montes, Juan Pablo Villalobos, Martín López-Vega…
Quizás uno de los hilos conductores principales de este dosier, que en realidad son dos dosieres en uno, sea la pregunta que le lanza López-Vega a Teixeira en el intercambio epistolar entre ambos: ¿existe algo así como un espacio literario ibérico compartido? ¿Fluyen las lecturas entre nuestros idiomas con mayor dinamismo y facilidad que entre otros ámbitos lingüísticos? Por más que hayan pasado cinco décadas desde que Crespo lanzara su interrogante, y por más que creamos que se ha andado mucho por este camino, pensarlo sigue siendo pertinente.
Casi todos los escritores aquí representados han hecho mucho para colmar esa supuesta (¿o real?) incuria. Javier Montes (Madrid, 1976) ha escrito profusamente sobre Brasil (Varados en Rio, Luz del Fuego) y sobre escritores en español que allí vivieron (Manuel Puig, Rosa Chacel). Martín López-Vega (1975, Poo de Llanes) escribe prosa y poesía en asturiano y en castellano, y ha traducido del portugués a autores como Almeida Garrett, Eça de Queirós, Fernando Pessoa, Eugénio de Andrade, Lêdo Ivo, Valter Hugo Mãe, Lídia Jorge o Jorge de Sena. José Rui Teixeira (Oporto, 1974) es poeta, y desde 2000 ha publicado más de una decena de poemarios.
Los textos de todos ellos van precedidos, en esta ocasión, por una entrevista de excepción: Antonio Sáez Delgado, profesor de Literatura Española y de Literaturas Ibéricas en la Universidad de Évora y uno de nuestros más reputados lusistas, entrevista a Gonçalo M. Tavares (Luanda, 1970), probablemente el autor portugués contemporáneo (vivo) más traducido, y cuya impronta entre nosotros no tiene poco que ver con el hecho de que su obra haya conseguido proyectarse no solo a los lectores españoles, sino también a los de la mayoría de los países de habla española. Ejemplo, quizás, de que, como en muchos otros ámbitos de nuestra realidad, si Iberia es la pregunta, Iberoamérica debe ser, al menos, parte de la respuesta.