La lucidez y la historia
POR DANIEL B.BRO
Comencemos por el principio: madame de Stäel debe su nombre a su marido, el embajador sueco en París, el barón Stäel-Holstein…
Comencemos por el principio: madame de Stäel debe su nombre a su marido, el embajador sueco en París, el barón Stäel-Holstein…