Lorena Amaro
El espejo del gólem. De la biografía a la fábula hispanoamericana
Editorial USACH
205 páginas
POR CRISTIAN CRUSAT

Autora de dos libros esenciales sobre las innumerables máscaras del yo y los modos mediante los que estas se representan en la escritura literaria –Vida y escritura. Teoría y práctica de la autobiografía (2009) y La pose autobiográfica. Ensayos sobre narrativa chilena (2018)–, la profesora y crítica chilena Lorena Amaro es también una insustituible voz teórico-crítica en el ámbito de la biografía, en particular de su más feliz y desmesurada variante: la «vida imaginaria». La prosapia de esta tradición, tan ilustre como descabellada, reúne a un tipo de autores que el asalvajado Juan García Madero denominó, a propósito de Alfonso Reyes, «autores casita» («Leyéndolo solo a él o a quienes él quería uno podría ser inmensamente feliz»). En efecto, resulta difícil imaginar una casa lectora más confortable que la que fueron levantando desde sus cimientos biodoxográficos, a finales del siglo XIX, algunos de los principales cultivadores de la «vida imaginaria»: Marcel Schwob, Alfonso Reyes, Jorge Luis Borges, Juan Rodolfo Wilcock, Roberto Bolaño, Danilo Kiš o Antonio Tabucchi (por nombrar a unos cuantos), a cuya audaz subversión del género biográfico no contribuyeron en menor medida precursores de la talla de Diógenes Laercio, John Aubrey, James Boswell o Thomas de Quincey. Y si bien este ejercicio de name-dropping debería ayudarnos a contextualizar un género fecundo y reconocible, gracias al estudio de Amaro advertimos otros aspectos soslayados de esta misma tradición, como el reduccionista espacio que la imaginación masculina reservó para las figuras femeninas en sus biografías: mujeres fatales, victimizadas o suicidas (desde la mujer africana «hermosa, bárbara y mala» que Marcel Schwob describe en la «vida» de Lucrecio, al comienzo de esta tradición, hasta las escritoras que, en el capítulo «Letradas y viajeras», responden en La literatura nazi en América de Bolaño a estereotipos de sacrificio, masoquismo y misteriosa sensualidad). Con perspicacia, Amaro se adentra en El espejo del gólem en la tradición de las biografías imaginarias, que le ofrece sin duda distintas «formas de escritura, algunas muy ingeniosas y rebeldes, para revelar otras agendas, aquellas que no son cubiertas por las biografías de los grandes “hombres públicos” ni las celebridades». En relación con Flush, la biografía de Virginia Woolf sobre Elizabeth Barrett, escrita desde el punto de vista de su cocker spaniel, se analiza incluso la posibilidad de nuevos sujetos biográficos.

La seductora y amenísima lectura de Amaro en El espejo del gólem se propulsa a partir de este dialecto de alusiones y consigue perfilar los más acuciantes impulsos de lo que Leonor Arfuch ha denominado «la tentación biográfica». Un indisimulado aliento ensayístico recorre las consideraciones del libro de Amaro, entre cuyos logros cumple destacar la decisiva acuñación del concepto de «fábula biográfica», que subraya con éxito el carácter corrosivamente crítico e irónico con el que los integrantes de esta tradición fueron esmaltando sus textos, en especial desde la segunda mitad del siglo XX. La lectura de esta «forma literaria incierta, escurridiza y erudita» por parte de Amaro no sólo se funda en el acendrado afán de esta tradición por descolocar el pensamiento canónico, sino también en el delineamiento de un corpus actualizado –esencialmente latinoamericano–, susceptible además de ventilar un género cuyos cultores y comentaristas «cerraron sobre todo a la producción masculina». Exhaustivo, amable y riguroso, El espejo del gólem constituye un arsenal de referencias y posibilidades, una fiel promesa de felices lecturas. La cartografía de relaciones e itinerarios es sencillamente espectacular y configura un panorama de las principales líneas de fuga de la literatura biográfica en español del siglo XXI.

Las reflexiones con las que Amaro cierra el libro se anudan en torno a los argumentos de Lotman sobre el origen del género –«cada tipo de cultura elabora sus modelos de “personas sin biografía” y “personas con biografía”»– y resultan de gran utilidad para adquirir definitiva conciencia de la misoginia que rigió los mecanismos por los que las mujeres tuvieron la posibilidad tanto de escribir biografías cuanto de acceder al derecho a una biografía.

Galería de autores quiméricos y de vidas conjeturales, inventario de fricciones entre la realidad y la ficción, balance de ininterrumpidas luchas de poder, El espejo del gólem representa, además de todo esto, un admirable atlas de lecturas que engarza un audaz pensamiento crítico con algunas de las más intrépidas expresiones de la literatura contemporánea.