María Zambrano
Obras Completas II. 1940-1950
Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2016
886 páginas, 33€
POR JUAN ÁNGEL JURISTO

La edición de las Obras Completas de María Zambrano, llevada a cabo por Galaxia Gutenberg, llega con la publicación del tomo II a su ecuador –después de la aparición del tomo I, el VI y el III, desde el año 2011 en que apareció el correspondiente al tomo tercero, el primero de la serie de ocho en que ha quedado definitivamente fijada la edición–. El plan de la obra ha sufrido modificaciones desde su inicio, pues se quería dividir la aparición de la misma en las tres etapas que según su editor, Jesús Moreno Sanz, correspondía a las distintas habidas en la obra de María Zambrano: una primera, comprendida entre los años 1928 y 1950; una segunda, entre 1951 y 1973; y, por último, las obras publicadas entre ese año y 1990. Esta división llevó a que en un primer momento se pensara, debido a la gran cantidad de material inédito, que esa era la mayor aportación de esta edición, y lo que la hacía tan preciada que había que dividirla en seis tomos. Sucedió que la publicación de los inéditos, ingente, hizo que la edición se planteara en ocho tomos, hecho a lo que contribuyó el número de páginas existentes en los tomos VI y III, que hacían poco manejables los volúmenes.

De ahí que la publicación de este segundo tomo recoja las obras publicadas entre 1940 y 1950, obras que no representan un salto cualitativo respecto a los escritos que comprenden los años 1928 y 1940, aunque Jesús Moreno aporta ciertas claves distintas a las escritas antes de la Segunda Guerra Mundial, de ahí que estas cinco obras se agrupen bajo un epígrafe que se quiere resumen y distinción de ese periodo: «La razón mediadora y confesional del saber del alma. La esperanza en el seno de la crisis europea, entre las raíces del cristianismo y la sombra del estoicismo», es el título que Jesús Moreno Sanz, piensa, hace justicia a estas obras que se abren con Isla de Puerto Rico. Nostalgia y esperanza de un mundo mejor y que, si bien están ya bajo la gestación de la madurez de la razón poética, lo cierto es que atiende a una fenomenología del sufrimiento de los acontecimientos que se estaban produciendo en esos años, una fenomenología que hunde sus raíces en movimientos muy estudiados anteriormente por Zambrano, esto es, el cristianismo y el estoicismo, en especial, el pensamiento de Séneca.

Los cinco libros de que se compone este segundo tomo son –aparte de Isla de Puerto Rico. Nostalgia y esperanza de un mundo mejor– La Confesión: género literario y método; El pensamiento vivo de Séneca; La agonía de Europa; y, por último, Hacia un saber sobre el alma, libros que han sido editados por Pedro Chacón Fuertes, Karolina Enquist, Sebastián Fenoy, María Luisa Maillard, Fernando Muñoz y Ricardo Tejada, encargados, asimismo, de los otros tomos que componen estas Obras Completas. La confesión, a la vez que la guía, es el género que María Zambrano estudiará en estos años, desde su exilio en Cuba y Puerto Rico. En el prólogo a este segundo tomo, y refiriéndose a esta modalidad, Jesús Moreno nos introduce de lleno en la problemática conceptual y humana de esta etapa: «Será en los cinco libros de este vol. II en los que tal órbita confesional proponga ya la unión entre filosofía, poesía y religión, que no es sino la razón programática del eje impulsor hacia la plena razón poética. Pues esta razón poética irá manifestándose como la conexión entre tragedia, mística, filosofía, historia y política, que, en su giro decisivo tras Persona y democracia, 1958, le conducirá a Zambrano a pensar “algo más que la historia”, desde la propia condición humana, desde su potenciado “saber del alma”, mediante una razón simbólica, en su más estricto sentido de simbolé, de unión de piezas y fragmentos separados».

Esta cita es importante, pues delimita muy bien en qué consistió en esos años la formación de la principal aportación de María Zambrano al pensamiento, la formulación de la «razón poética». Y para tal formulación, que siempre pensé que es una de las grandes resoluciones del pensamiento sincrético, y que tiene en cuenta todas las tradiciones del pensamiento occidental, estos años son, esencialmente, una respuesta a la pregunta del sufrimiento producto de la guerra civil española y la Segunda Guerra Mundial, donde pareció que se desmoronaba definitivamente el orden cultural occidental. Desde la insularidad de Puerto Rico y Cuba, María Zambrano profundiza en el pensamiento de San Agustín, en el concepto de individuación a través de la confesión, y lo hace rodeada de mar, de agua, en la insularidad, que es refugio pero también confinamiento a modo de celda y, por supuesto, paraíso y, por tanto, nostalgia.

Isla de Puerto Rico. Nostalgia y esperanza de un mundo mejor no puede tener un título más explícito. Prácticamente actúa casi como una guía para el lector. En principio fue un artículo que apareció en El Mundo en julio de 1940, pero se amplió bajo forma de libro y se publicó en septiembre de ese mismo año en las ediciones de La Verónica, que llevaba su amigo Manuel Altolaguirre. Conforma un recorrido por la significación de las islas en la historia del pensamiento occidental para introducir, de inmediato, una defensa de los principios de la democracia y, de paso, referirse a la significación de las islas de Cuba y Puerto Rico como puente de tierras firmes a la vez que nexo de unión entre las dos Américas. Es un libro pleno de resonancias terribles porque, al modo de un bajo continuo, se percibe el eco de la guerra europea y el temor del desmoronamiento de la Madre Europa, pero a la vez es un libro lleno de esperanza, de realización de estos ideales en tierra firme, en un mundo nuevo. Es un libro donde, de forma especial, brilla la querencia por una luz que se vislumbra a lo lejos, al final del túnel, y es significativo que se haga desde una isla, lugar de acogida, nuevo hogar.

La Confesión: género literario y método es el segundo libro que compone este segundo tomo de las Obras Completas. Fue publicado por Luminar, en México en 1943, y es un libro inextricablemente unido al anterior, Isla de Puerto Rico…, y a La agonía de Europa, especialmente dedicado a ese desmoronamiento producto de la guerra a que nos referíamos antes. Parte del concepto, tan querido por María Zambrano, de la circunstancialidad de su maestro Ortega y Gasset y su razón vital, trampolín fundamental para esa superación de la filosofía racionalista que obsesionó a la pensadora de Vélez Málaga en toda su obra. En realidad, puede ser tomado como un magnífico estudio de las Confesiones, de San Agustín y de las correspondientes de Jean Jacques Rousseau, pilares en que se sustenta el género, a la vez que una profundización en el orden conceptual de lo descrito en Isla de Puerto Rico... que continúa en La agonía de Europa, y que precede en su temática a ese importante ensayo que es El pensamiento vivo de Séneca.

San Agustín sufrió la crisis del Mundo Antiguo y buscó obsesivamente una verdad que le transformase la vida, haciéndola destino. La encontró en el cristianismo iluminado por el neoplatonismo y en este libro María Zambrano destaca sobremanera esa búsqueda de la verdad para cambiar la vida. Actitud radicalmente distinta a la de Rousseau, que parte de su vida para llegar a la verdad, supremo concepto del egotismo moderno. Vale decir, el paso de la verdad como concepto universal al de la sinceridad, con todo lo que hay aquí de solipsismo, individualismo y pensamiento inmanente. Para María Zambrano, Rousseau es el representante idóneo de la crisis de transcendencia de la Modernidad, una filosofía que ha enfrentado la verdad de la razón y la vida. María Zambrano piensa que la confesión es el género capaz de transcender esa dicotomía del racionalismo: San Agustín como expresión de la crisis del hombre antiguo; Rousseau como expresión de la crisis del hombre moderno. La confesión en nuestro tiempo serviría como puente, enlace, para esa superación entre razón y vida. La verdad poética sería, pues, aquello que no entra en la razón y que serviría para que la vida no se pierda en el mero laberinto de las figuraciones personales que lleva al hombre al laberinto de la soledad. El resultado de reconocer esa razón poética es una nueva humanización capaz de trascender al hombre de su propio egoísmo y de la esclavitud inherente a la mera razón.

Singularidad, pues, defensa del hombre ante las distintas imposiciones del poder, temática central de Zambrano en estos años de crisis. El pensamiento vivo de Séneca, publicado en 1944, sirve de otra manera a similar despliegue conceptual. Para María Zambrano –como Agustín de Hipona, como Rousseau– es Séneca modelo de pensador en tiempos de crisis. Al filósofo estoico le dedica María Zambrano páginas brillantes, conmovedoras, reivindicando la actualidad del mismo. El mundo moderno está marcado por la ansiedad y Séneca, bajo el estoicismo, puede servir de referente porque, al contrario que Platón y Aristóteles, pensadores de la razón clara, luminosa, Séneca es filósofo estoico, posee una razón manchada, mezclada con la vida y, por tanto, contradictoria. Curandero de la filosofía, con pocos elementos nos cura o, mejor, nos remedia porque nos consuela. Luego, en su haber, según María Zambrano, existe un elemento físico para nosotros perceptible, que es el de su españolidad, un pesimismo que la filósofa llama estratégico, pues siempre se pone en lo peor para que cuando la cosa acontezca ya no lo sea.

Libro, pues, que ahonda en ese pensamiento sincrético a que nos hemos referido antes: los ejemplos de Agustín y de Rousseau, de Séneca, tres hombres eminentes en tiempos de crisis, superadores de la imposición del poder, tres ejemplos esclarecedores para una crisis terrible que asola el mundo en los años cuarenta y a cuyos ejemplos acude María Zambrano como guías de iluminación para tiempos convulsos. Iluminación necesaria para componer La agonía de Europa, libro de 1945, y cuya construcción debe mucho a La ciudad de Dios, de San Agustín. De nuevo. La obra es un repaso apasionado, meritorio, de la razón y de la verdad que anida en la cultura europea, y enlaza temáticamente con los libros anteriores. Las cosas tienen que ser destruidas para que la reconstrucción, que es esperanza, prometa un mundo mejor. Es libro, pues, que apunta a una nueva dirección y que supone un punto de inflexión en el pensamiento de María Zambrano. Punto de inflexión que será ampliado y resumido, matizado también, en Hacia un saber sobre el alma, éste de 1950, libro que se muestra esencial porque es el hilo conductor para entender el pensamiento de María Zambrano desde los presupuestos de 1933 a los habidos ya en su segunda etapa, que se inaugura en los años cincuenta y donde escribirá sus libros esenciales.

Este segundo tomo de las Obras Completas se alza, así, como un referente en lo que concierne a entender la evolución y maduración de su pensamiento. La razón estriba en los años convulsos de la guerra y el consuelo que ella busca en los grandes hombres de la conciliación entre la verdad y la vida. Ejemplo que puede ser llevado a tiempos actuales. ¿Y cuándo no?

Total
3
Shares