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Los días y los trabajos (o el diario de Raúl Ruiz)

«El diario de Ruiz, casi como todo diario que se precie, tenía un aura de leyenda. Cuando aún estaba vivo, varias veces contó que lo estaba escribiendo, pero con él era difícil tomarse las cosas de un modo literal. Tal como con el diario de Ricardo Piglia o con el de José Donoso, el misterio –o la latencia– en torno a su escritura era parte fundamental de la misma. Un dietarista será siempre un infiltrado de la literatura en la vida. Un espía dispuesto a cobrar venganza en un futuro, sin ningún apuro, cuando ya no quede nadie para contradecirlo. Escribir un diario es jugar con el tiempo y la memoria. A fin de cuentas, lo único que tenemos»

POR GONZALO MAIER
El libro interminable debe ser mi género favorito. Su taxonomía es caprichosa y no apunta necesariamente a los libros gordos o divididos en varios tomos…

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La vocación ecológica

POR GONZALO MAIER El escritor de fragmentos no nace, se deshace. El chiste es malo, pero al menos indica una ruta a explorar en los próximos párrafos: el mundo de…