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La sinrazón, de Rosa Chacel: pensamiento encarnado

«Dice usted en su carta algo sumamente acertado: la tristeza de llevar tantos años ignorada de ustedes –de tres generaciones, por lo menos– solo puede ser compensada considerando el silencio que se ha hecho sobre mí como un honor. Sí, eso es muy cierto, pero ya tengo bastante de ese honor: ahora quiero que me conozcan. Quiero, sobre todo, que me escuchen, y eso es lo que me complace y me conmueve de su carta: usted se ha dado cuenta de que en mi obra puede haber un camino»

Por Azahara Alonso
En el mes de septiembre de 1965, una carta salió de Barcelona y cruzó el océano Atlántico hasta llegar a las señas postales de Rosa Chacel en Río de Janeiro. La carta la firmaba una jovencísima…