Unos segundos en París
«Pero estaba convencido, sin duda románticamente, debido a todos los cuentos y novelas que había leído, que cualquiera que anhelaba ser un escritor tenía que viajar a París»
Por Eduardo Halfon
Yo tenía veintiocho años y estaba trabajando como ingeniero en Guatemala y sabía —tanto impulsiva como absurdamente, de la misma manera que un actor de Shakespeare sabe cómo salir del escenario perseguido por un oso— que si yo quería ser un escritor tenía que viajar a París…