«En todo caso, se trataba de un brillo de una densidad aterciopelada que sugería algo recóndito y oculto, tal vez anticipatorio: ese embrujo del corazón de quien viaja hacia un lugar muy amado y, sin embargo, coyuntural, como la agitación de la sangre. Seguí leyendo»
Por Cristian Crusat
A mediados de agosto de 2022, cuando la canícula se acercaba a su fin y Salman Rushdie había sido apuñalado cerca de Nueva York, hice escala en Ámsterdam para volar hasta Norwich, cuyo minúsculo aeropuerto operado fundamentalmente por vuelos chárters parecía un hangar asiático de la época de la Concesión Internacional…