En una línea semejante a las opiniones epistolares de Galdós en 1885, se expresa Pardo Bazán en varias cartas de ese mismo año. El 18 de abril, tras regresar de París, le escribe desde Madrid tras la lectura del primer tomo. «Soberbia en los detalles y un poco prolija en su conjunto», para añadir «¡Hay tanta verdad en todo!». Pardo Bazán usa un diapasón idéntico al de Galdós: la verdad de los personajes. Pero a diferencia del maestro canario, el personaje que le apasiona es Ana. De ella habla en la carta del 7 de julio, tras tener el libro «todo en el cuerpo»:

El estudio está hecho con extremada delicadeza, sin incurrir en ceguedades materialistas: la Regenta, en su dualidad, es un soberbio tipo femenino de equilibrio inestable, muy a propósito para dar un mentís práctico (los mejores) a los que creen a la mujer fundida siempre de una pieza, así en la maldad como en la virtud. Lo que menos me gusta de la Regenta es su diario: pase, porque fue literata en sus juventudes; por lo demás rara es la española que lo lleva.[44]

 

Se debe advertir que las pequeñas censuras apuntan siempre a los elementos «raros» que aparecen en La Regenta, dado que doña Emilia (tampoco Galdós) acierta a ver la función de relato especular que tiene el diario de Ana. Por otro lado, ahora la novelista desde La Coruña (27-VII-1885) le sugiere que, siendo unánime la idea de que Clarín ha cargado la mano en la pintura de lo que Pardo Bazán llama «buena sociedad», sería menester «borrar unas cuantas cosas para que quede justo lo necesario».[45]

Para la autora de Los pazos de Ulloa la clave de la suficiencia estética de la novela es el personaje de Ana Ozores, una mujer poco común, pero verdadera. La lectura que le ofrece al autor es francamente aguda, cercana al conflicto que sostiene el relato principal de la novela: la lucha entre los derechos de la naturaleza y el deber moral, pretendidamente protegido por un misticismo que Galdós llamó, en el prólogo de 1901, «ensoñación pietista». Escribe Pardo Bazán:

La impresión de realidad de ese carácter es mucho mayor en el segundo tomo, pues en el primero los detalles de la infancia, lejos de contribuir a diseñarlo, parecen esfumarlo un poco; en el segundo es admirable y muy verdadera aquella reacción mística seguida de la vida natural que se impone con más fuerza, y es muy acertada la observación de la vergüenza que siente una señora fina y recatada al cometer una extravagancia religiosa en medio de la fría atmósfera de este siglo de incredulidad.[46]

Salvo en que el desfile de Ana en la procesión de Viernes Santo tiene mucha más significación que una «extravagancia religiosa» (es el corolario de un proceso en que muchos cardos le pinchaban el alma), el perfil de la Regenta que dibuja Pardo Bazán es más preciso que el que Galdós dibujó por esas mismas fechas. No obstante, ambos coincidían en el talento de Clarín como forjador de universos y personajes verdaderos. La apreciación de Galdós en la carta del 16 de octubre nos puede servir de colofón: «Hay una Vetusta en el mundo y usted la ha pintado magistralmente. ¡Qué verdad, qué riqueza de detalles y qué vida la de todo ese personal que usted ha pintado!».[47]

Años después, en 1901, la verdad —la verdad humana y las verdades sociales— seguía siendo la lección que La Regenta ofrecía como obra maestra del gran realismo europeo decimonónico: «De mí, sé decir que pocas obras he leído en que el interés profundo, la verdad de los caracteres y la viveza del lenguaje me hayan hecho olvidar tanto como en ésta las dimensiones», Benito Pérez Galdós, dixit.[48]

 

[1] E. y J. de Goncourt, Germinia Lacerteux, Buenos Aires, Espasa-Calpe (Austral), 1949, pp. 9 y 10.

[2] Charles Baudelaire, «Le peintre de la vie moderne», Oeuvres Complètes (ed. Claude Pichois), París, Gallimard, 1976, t. II, p. 687.

[3] Benito Pérez Galdós, «Revista de Madrid» (11-XI-1867), en Leo J. Hoar, Benito Pérez Galdós y la Revista del Movimiento Intelectual de Europa, Madrid, Ínsula (Anejos de Anales Galdosianos), 1968, pp. 233-234.

[4] Apud. Philippe Dufour, Le réalisme, Paris, PUF, 1998, p. 23.

[5] Benito Pérez Galdós, Prosa crítica (ed. José Carlos Mainer), Madrid, Espasa Calpe, 2004, p. 18.

[6] Benito Pérez Galdós, Prosa crítica, p. 19.

[7] Benito Pérez Galdós, Prosa crítica, p. 20.

[8] Benito Pérez Galdós, La sociedad presente como materia novelable, Prosa crítica, p. 112.

[9] Benito Pérez Galdós, Prosa crítica, 113.

[10] Benito Pérez Galdós, Obras inéditas, II (Arte y Crítica), Madrid, Renacimiento, 1924, p. 207.

[11] Leopoldo Alas «Clarín», «Del Naturalismo, IV», p. 341. Cito por Adolfo Sotelo Vázquez, El Naturalismo en España: crítica y novela, Salamanca, Almar, 2002.

[12] Leopoldo Alas «Clarín», «Del Naturalismo, V», p. 344.

[13] Leopoldo Alas «Clarín», «Tormento» (El Día, 6-VII-1884), Galdós, novelista (ed. Adolfo Sotelo Vázquez), Barcelona, PPU, 1991, p. 127.

[14] Leopoldo Alas «Clarín», «Tormento», Galdós, novelista, p. 132.

[15] Leopoldo Alas «Clarín», «Tormento», Galdós, novelista, p. 133.

[16] Leopoldo Alas «Clarín», «El amigo Manso» (La Diana, 16-VII-1882), Galdós, novelista, p. 108.

[17] Leopoldo Alas «Clarín», «Nueva Campaña», Nueva Campaña (1885-1886), (ed. Antonio Vilanova), Barcelona, Lumen, 1990, pp. 65-66.

[18] Leopoldo Alas «Clarín», «Lo prohibido (II)» (La Ilustración Ibérica, 1-VIII-1885), Galdós, novelista, p. 155.

[19] Émile Zola, «Stendhal» (II), Los novelistas naturalistas, Madrid, La España Moderna (Colección de libros escogidos), s./a., t. II, pp. 125-126.

[20] Émile Zola, «Stendhal» (V), Los novelistas naturalistas, t. II, pp. 182-183.

[21] Émile Zola, «Stendhal» (II), Los novelistas naturalistas, t. II, pp. 132-133.

[22] François-Marie Mourad, Zola, critique littéraire, p. 286.

[23] Émile Zola, «Stendhal» (II), Los novelistas naturalistas, t. II, pp. 133-134.

[24] Leopoldo Alas «Clarín», «Del Naturalismo, VIII», p. 353.

[25] Cito el ensayo «Balzac»(1877) de Les Romanciers naturalistes (1881) por Émile Zola, Le Roman naturaliste (Anthologie), p. 42.

[26] Leopoldo Alas «Clarín», «Del Naturalismo, VIII», p. 353.

[27] Leopoldo Alas «Clarín», «Del Naturalismo, VII», pp. 352-353.

[28] Leopoldo Alas «Clarín», «Del Naturalismo, VIII», p. 354.

[29] Jesús Rubio / Antonio Deaño (eds.), La hidra y el muro. El epistolario de Emilia Pardo Bazán a Leopoldo Alas, Clarín, A Coruña, Anexos de la revista La Tribuna, I (2018). En prensa.

[30] Jesús Rubio / Antonio Deaño (eds.), La hidra y el muro. El epistolario de Emilia Pardo Bazán a Leopoldo Alas, Clarín, A Coruña, Anexos de la revista La Tribuna, I (2018). En prensa.

[31] Soledad Ortega (ed.), Cartas a Galdós, Madrid, Revista de Occidente, 1964, p. 220.

[32] Soledad Ortega (ed.), Cartas a Galdós, p. 224.

[33] En la lectura de octubre de 1885 sostiene: «Insisto en creer que no tienen una parte tan absoluta en las acciones humanas los apetitos carnales, como usted parece dar a entender en su magnífico cuadro de Vetusta» (Benito Pérez Galdós, Correspondencia (eds. Alan Smith / María Ángeles Rodríguez Sánchez / Laurie Lomask), Madrid, Cátedra, 2015, p. 127.

[34] Benito Pérez Galdós, Correspondencia, p. 119.

[35] Benito Pérez Galdós, Correspondencia, p. 119.

[36] Benito Pérez Galdós, Prosa crítica, p. 218.

[37] Benito Pérez Galdós, Correspondencia, p. 120.

[38] Benito Pérez Galdós, Prosa crítica, pp. 220-221.

[39] Benito Pérez Galdós, Correspondencia, p. 120.

[40] Benito Pérez Galdós, Correspondencia, p. 128.

[41] Benito Pérez Galdós, Prosa crítica, p. 221.

[42] Benito Pérez Galdós, Prosa crítica, p. 221.

[43] Benito Pérez Galdós, Prosa crítica, p. 221.

[44] Jesús Rubio / Antonio Deaño (eds.), La hidra y el muro. El epistolario de Emilia Pardo Bazán a Leopoldo Alas, Clarín, A Coruña, Anexos de la revista La Tribuna, I (2018). En prensa.

[45] Jesús Rubio / Antonio Deaño (eds.), La hidra y el muro. El epistolario de Emilia Pardo Bazán a Leopoldo Alas, Clarín, A Coruña, Anexos de la revista La Tribuna, I (2018). En prensa.

[46] Jesús Rubio / Antonio Deaño (eds.), La hidra y el muro. El epistolario de Emilia Pardo Bazán a Leopoldo Alas, Clarín, A Coruña, Anexos de la revista La Tribuna, I (2018). En prensa.

[47] Benito Pérez Galdós, Correspondencia, p. 128.

[48] Benito Pérez Galdós, Prosa crítica, p. 117.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]