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Perderse en el bosque

«Mi mesa y mi silla de trabajo son las mismas que usaba Bruce Chatwin durante sus estancias en esta casa. Chatwin era amigo del marido de Beatrice, el escritor rumano Gregor von Rezzori, y le gustaba venir aquí a escribir. En el año 2000, dos años después de la muerte de von Rezzori, Beatrice puso en marcha una fundación en la memoria de su marido y empezó a invitar a autores a trabajar en la torre de piedra de su jardín»

Por Gabriela Ybarra
La vida que pausé en Madrid aparece todas las tardes en la pantalla de mi teléfono. Antes de cenar, charlo con mi hijo de cuatro años, a quien le divierte ver mi cara reducida a un objeto que puede pasear por nuestra casa y abandonar en una caja…

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Wendy no quiere crecer

POR GABRIELA YBARRA

De niña, Esther Tusquets, pasaba los días leyendo cuentos de hadas y fantaseando con hacer teatro y escribir novelas. Sin embargo, cuando cumplió treinta y ocho años, se dio cuenta de que no había llevado a cabo ninguno de sus sueños infantiles y se propuso el reto de escribir un libro…
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Recuperar la pureza. Mercedes Soriano

«Qué está pasando, de verdad, qué está pasando, para que todo el mundo desee tener los ojos cerrados. Para que nadie quiera darse cuenta de que mi ciudad es ya una gran huronera que la reverberación del sol y la oscuridad de la noche sólo camuflan. Pero no, ocultan. No hay brigadas de barrenderos, de policías o de intelectuales posmodernos capaces de ocultarlo»

Por Gabriela Ybarra
Me gusta leer los primeros textos de los escritores que admiro porque en ellos suelen aparecer los temas que más adelante desarrollarán en su obra…

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Diminutas briznas de oro

POR GABRIELA YBARRA

Al final de la novela El Gatopardo hay un pasaje en el que el príncipe de Salina, ya anciano y moribundo, hace balance de su vida y rememora los momentos en los que fue feliz. Lampedusa describe los recuerdos de plenitud de su protagonista…