Esto explicaría que, además de su carácter precursor y modélico, la entrevista a Hitler de Xammar y Pla también se haya convertido, con el tiempo, en la pieza más controvertida del periodismo literario catalán. Después de la reedición de la entrevista (publicada por primera vez en libro) en el volumen L’ou de la serp y su primera traducción al castellano, surgió la polémica. Desde las páginas de La Vanguardia, el 25 de agosto del año 2000, el periodista y escritor Lluís Permanyer fue el primero en dudar de la veracidad de la entrevista, que calificó de «diablura inocente»: «No puedo demostrar con datos incontrovertibles que ambos se inventaran aquellas entrevistas. Pero la mayor duda me asaltó a raíz de comprobar que ninguno de los dos jamás volvió a hablar del tema» (Permanyer, 2000). Para Permanyer, habría dos elementos sospechosos: por una parte, la extrañeza causada por el supuesto retraso en la publicación de los artículos sobre un hombre «catapultado a la categoría de noticia de portada»: «Me pregunto si la tardanza se debió al hecho de haber encarcelado al ximple, como lo calificaría Xammar, pues en semejante condición no sería desmentido». De todas formas, no hay que olvidar que desde el mes de septiembre de aquel año la dictadura de Primo de Rivera había instaurado la censura en toda la prensa española, lo que afectaba de manera primordial a los analistas políticos y, más concretamente, a los corresponsales que enviaban sus crónicas desde el extranjero.

Y, por otra parte, en aquellas fechas eran frecuentes las notas editoriales de los periódicos afirmando que los artículos de sus corresponsales se publicaban con mucho retraso, como en esta nota que apareció debajo de uno de los primeros artículos enviados por Pla, «La situació d’Alemanya. El perill de la ruptura de la unitat», durante su viaje por tierras germanas: «El retraso considerable con que nos llegan estas crónicas de Alemania provoca que no se ajusten con rigurosa exactitud a la actualidad que reflejan las informaciones telegráficas. Preferimos publicarlas tal como las recibimos porque en ellas se explica con sugestiva vivacidad el proceso de la gran crisis que pasa hoy Alemania» (La Publicitat, 17 de agosto de 1923; la traducción es mía). En segundo lugar, Permanyer señalaba el relativo silencio con que los dos periodistas rodearon la escena de Múnich en el resto de sus obras: «Me resisto a creer que ambos fueran tan olvidadizos de haber estado ni que fuera cinco minutos a solas y frente a frente con el loco de la mirada magnética». Pero el razonamiento de Permanyer, que es impecable, llevado al paroxismo, obliga a preguntarse: si la entrevista nunca existió, ¿por qué olvidarla?

Nueve años más tarde, el novelista (y antropólogo) Albert Sánchez Piñol retomó los argumentos de Permanyer, añadiendo una contundente reflexión sobre la aparición del concepto «solución final» en el texto de Xammar. Según Sánchez Piñol, también se hace difícil creer que Hitler «confesara» sus intenciones relativas al tema judío a dos desconocidos: «El secretismo era uno de los aspectos psicológicos más enraizados en la mente de Hitler. De hecho, todavía hoy no hay ni un documento oficial que lo asocie directamente con el exterminio judío. Todo se hacía por delegación y con eufemismos. Fuera de los despachos, ni los últimos años de su vida mencionó nada, ni en su círculo más íntimo. Tan sólo términos genéricos, referencias vagas y grandilocuentes sobre la destrucción del pueblo judío». Por último, otro elemento destacado por el novelista no discutiría tanto la veracidad de los textos, sino que más bien ensayaría una explicación plausible del silencio posterior:

Hitler no era nadie, y después del putsch aún menos. Todo el mundo creía que su futuro político se había derrumbado y no se hablaría nunca más de él. En estas condiciones, es posible que nuestros hombres no tuvieran muchos escrúpulos en inflar, escribir o reescribir la entrevista de arriba a abajo. […] Una vez [que] fracasó el golpe era muy fácil presentar a aquel cabo como un impostor y un farsante del mundo político. Lo que nadie se esperaba era que menos de diez años después aquel muñeco alcanzara el poder absoluto. Por esto, posiblemente, callaron para siempre (Albert Sánchez Piñol, «Mèrit i misteri», Avui, 21 de marzo de 2009).

 

Pero, a la vista de todos estos indicios, la racionalidad del argumento llevaría de nuevo a la paradoja, tal como resumió, asimismo, Arcadi Espada en su artículo «Una entrevista (e)vidente», publicada en El País el 28 de noviembre de 2005: «Sin embargo, vamos a imaginar que Xammar la inventó. Que puso en boca de Hitler tópicos antijudíos y que con ellos retorció la mueca siniestra del payaso. Si la inventó, Xammar profetizó la solución final. La posibilidad es aún más turbadora».

El presentista Xammar y el más cauto y ambiguo Pla tenían todas las credenciales literarias necesarias para haber reescrito el recuerdo de su entrevista con Adolf Hitler, fuera como fuera este encuentro, fugaz, improvisado, predeterminado, exclusivo o con otros periodistas. Y más después de 1945. Pero quizás no se sintieron nunca muy orgullosos de ello. O temían que se les reprochara no haber detectado en el dictador al loco peligroso que ya era. O hasta quizás no les debiera satisfacer cualquier relación o asociación con su nombre. Que estuvieron la noche del 8 de noviembre en la cervecería y que presenciaron los actos del putsch parece fuera de toda duda. Lo que perdura, en cambio, son sus textos, y éstos constituyen hoy una pieza única del periodismo literario de entreguerras.

 

Nota. Este artículo forma parte del proyecto de investigación «El mundo de ayer: la figura del escritor-periodista ante la crisis del nuevo humanismo (1918-1945)» (FFI2015-67751-P), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

BIBLIOGRAFÍA
· Bueno, Javier, «Hitler, el jefe del fascismo bávaro», ABC, 6 de abril de 1923, pp. 17 y 18.

· Espada, Arcadi, «Una exclusiva (e)vidente», El País, 28 de noviembre de 2005.

· Kisch, Egon Erwin, Nada es más asombroso que la verdad. Reportajes y artículos, edición, traducción y posfacio de Francisco Uzcanga, Barcelona, Minúscula, 2017.

· Permanyer, Lluís, «Xammar, Pla y Hitler», La Vanguardia, 25 de agosto de 2000, p. 2.

· Pla, Josep, «Coses de Baviera. Hitler (monòleg)», La Publicitat, 28 de noviembre de 1923, p. 1.

–, «Eugeni Xammar, una biografia estricta», en Darrers escrits, en Obra completa, 4, Barcelona, Destino, 1984, pp. 239-243.

· Pla, Xavier, «Prólogo», en Eugeni Xammar, Cartes a Josep Pla i altres cartes i documents, Barcelona, Quaderns Crema, 2000, pp. 9-55.

–, «Barcelona at the Edge of Genres: Literature, Information and Propaganda during World War I and After. Eugeni Xammar excerpt», en Andrew Griffiths, Sara Prieto y Soenke Zehle, Literary Journalism and World War I. Marginal Voices, Nancy, Éditions Universitaires de Lorraines, 2016, pp. 103-130.

– y Francesc Montero, Cosas vistas, cosas leídas. La edad de oro del periodismo literario en Cataluña, España y Europa, Cassel, Reichenberger, 2014.

· Sánchez Piñol, Albert, «Mèrit i misteri», Avui, 21 de marzo de 2009, p. 5.

· Santos, Félix, Españoles en la Alemania nazi. Testimonios de visitantes del III Reich entre 1933 y 1945, Madrid, Ediciones Endymión, 2012.

· Xammar, Eugeni, Cartes a Josep Pla i altres cartes i documents, edición, prólogo y notas de Xavier Pla, Barcelona, Quaderns Crema, 2000.

–, Seixanta anys d’anar pel món. Converses amb Josep Badia i Moret, Barcelona, Quaderns Crema, 2007.

–, «La Alemania actual. Hitler o la simpleza desencadenada», La Correspondencia de Valencia, 27 de noviembre de 1923, p. 1.

–, El huevo de la serpiente. Crónicas desde Alemania (1922-1924), presentación de Charo González, traducción de Ana Prieto Nadal, Barcelona, Acantilado, 2005.

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