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Derroche

POR BEGOÑA MÉNDEZ

Para empezar, una confesión: con frecuencia sueño que prendo hogueras en mi centro de trabajo y elucubro estrategias de rebeldía contra el tedio cotidiano de mi ocupación tan digna y tan bien remunerada; imagino esas cosas porque muchas veces, no siempre, me siento atrapada y banalizada, porque no es extraño que piense que vendo mi tiempo y mi alegría a cambio de un sueldo decente…