Es una ciudad donde cada piedra, cada detalle, por más que sea su deterioro, tienen leyendas y tradiciones que hay que mantener, su mirada al mar, su espíritu, sus colores, sus sentimientos, su litoral, sus barriadas, sus monumentos, la identidad de su comunidad que es tan particular, dado justamente por su ambiente marinero o costero y, sobre todo, por el mestizaje de sus costumbres y espacios.
La Habana se lee, es un libro donde los citadinos y los extranjeros notan el paso del tiempo, es el libro de texto para arquitectos, artistas, urbanistas donde lo que aparece en imágenes se observa en la realidad impactante de sus portales, fachadas, detalles de todas las influencias estilísticas, exhibición pletórica de materiales muchos traídos de otros lugares lejanos expuestos en las zonas más antiguas.
Ante los desafíos y las condiciones actuales que existen, los avances y resultados son los que se pueden lograr. Siempre toda obra humana es perfectible, se podrán hacer muchas valoraciones desde lejos, incluso desde dentro, pero hay que estar en el sitio, con los pies bien afincados en la tierra, para tener conciencia exacta de lo que se debe hacer y qué es lo más adecuado para cada momento.
Todos los organismos del Estado, los institutos y ministerios asociados a la planificación de La Habana, con vistas al 2050, trabajan incesantemente por el perfeccionamiento de las acciones, la evolución y mejora paulatina de las propuestas. Se hacen planes flexibles para poder revisar y variar cualquier acción que se indique tomar.
En estos momentos el país se encuentra enfrascado en cambios estructurales y económicos importantes que obviamente tienen una tendencia y van a influir en la estrategia de futuro de la ciudad y del país. Igualmente el cambio de la Constitución cubana representa inclusiones importantes y procesos que se definen que impactan de forma positiva en el desarrollo y evolución de los cambios que se han ido realizando, todo con un enfoque de sistema y de la sostenibilidad económica, social técnica y medioambiental necesarios.
La Habana fue, es y será siempre La Habana, la Bella Habana. Muchos han escrito y cantado a la ciudad, a sus vitrales, sus barriadas. Dicen que es la ciudad más cantada, o así lo creemos los habaneros que la vivimos y sentimos. Por eso, una de las letras que expresan su esencia, su mestizaje, su olor marino y su esperanza, es la que ofrezco a continuación como colofón de este comentario, que pudo ser otro, pero hoy es éste y así quedara marcando un camino de piedra, tierra y asfalto entre espinas y flores.
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