POR ADA ESTHER PORTERO RICOL, MIRELLE CRISTÓBAL FARIÑAS Y JOSÉ ANTONIO YÁNEZ BALBUENA

INTRODUCCIÓN

La Habana, Ciudad Maravilla, capital de todos los cubanos, cumple en el mes de noviembre de 2019 su quinientos aniversario. Ante esta realidad, muchas son las reflexiones y propósitos para mejorar su imagen y condiciones. Bajo la convocatoria de «¡Por La Habana, lo más grande!», el gobierno, las organizaciones políticas y de masa en la ciudad, así como la propia población, han marcado un conjunto de acciones importantes para recuperar sus barrios, calles y sus servicios mejorando así la calidad de vida de sus residentes.

Independientemente de que para la ciudad hay políticas y estrategias con vistas a su mejora integral hacia el 2030-2050, el hito de llegar a medio siglo de existencia en medio de muchos problemas y carencias impuestas por un bloqueo exterminador que ejerce Estados Unidos de América desde el triunfo de la Revolución cubana en el 1959, hace que tenga particular encanto y, sobre todo, impacto positivo lo que se está haciendo en estos momentos para fortalecer su esplendor.

En la comunicación que se brinda a continuación se pretende hacer un resumen apretado de algunas características de La Habana. Se intentará dar una imagen de cómo evolucionó y cuáles han sido algunas de las políticas y estrategias que se han tenido en cuenta en su desarrollo. Cómo se ve La Habana de hoy en medio de un mundo convulso y de cambios climáticos que ponen en riesgo no sólo la vida humana, sino todos los esfuerzos que se han volcado en aras de su desarrollo sostenido. Qué se está haciendo para favorecer su desarrollo futuro y, sobre todo, con qué mirada e intenciones se están planificando acciones en este sentido.

DESARROLLO. ALGUNOS ASPECTOS GENERALES

En el mundo actual, las ciudades de países en desarrollo o de los más desarrollados, enfrentan diversas situaciones cada vez más complejas y siempre están relacionadas no sólo con problemas internos, sino también con acciones externas que inciden en su desenvolvimiento.

En muchos momentos las problemáticas se relacionan con el avanzado deterioro del fondo edificado de las urbes y las condiciones de vida de la población residente que no siempre es la mejor. Además, en ocasiones la importancia de las capitales y sus centros históricos entran en contradicción con los valores culturales, urbanos arquitectónicos y la relevancia de la localidad.

Una situación que dificulta la mejora de las precarias condiciones en que se encuentran estas zonas es justamente la magnitud de los recursos que son necesarios para lograr la rehabilitación de las mismas que, unida a la limitada capacidad de los gobiernos locales para solucionar los problemas, causan un impacto negativo en estas zonas y en determinados plazos son irreversibles sus consecuencias.

La ciudad de la Habana nació como ciudad colonial, muy cosmopolita por la privilegiada ubicación geográfica que dio lugar a su auge económico en el periodo colonial.

Como todas las ciudades coloniales, se desarrolló a partir de una cuadrícula casi perfecta con sistema de plazas de diversa vocación. Por la necesidad que tenía la metrópoli española de proteger los tesoros que mandaba a España desde las diferentes partes de América, fue que el puerto de La Habana adquirió una importancia vital. En la Bahía de Bolsa se reunían de forma estratégica los barcos de la flota española para, cuando conformaban grupos de más de cinco, partir considerándose de esta manera más protegidos.

Es también por la razón antes mencionada, que se hizo necesario fortificar el litoral de la ciudad para protegerla de los ataques de corsarios y piratas. Surge así el sistema más complejo de fortificaciones de América. El Castillo de los Tres Reyes del Morro, El Castillo de San Salvador de la Punta, de la Real Fuerza y de la Cabaña son dignos representantes de este sistema, así como los diferentes fortines que se distribuyeron a todo lo largo de la costa habanera.

Todo esto le dio a la ciudad un carácter de transculturación, mezcla, mestizaje, de riqueza de estilos y ambientes diferentes con el factor presente de la relación con el mar, lo que establece de forma particular su esencia e identidad, la que se mantiene hasta el presente.

 

LA HABANA A PARTIR DEL 1 DE ENERO DE 1959

Con el triunfo de la Revolución en el 1959 se dieron importantes cambios. Se comenzó una nueva etapa. Se sustituyeron las formas de una vieja sociedad por una nueva. Uno de los objetivos fundamentales que se trazó el gobierno revolucionario fue sacar al país del subdesarrollo y la pobreza en que estaba sumido.

Uno de los programas fundamentales de la Revolución fue el dar trabajo y casas a los necesitados, de modo que se hicieron leyes como la Reforma Urbana que permitió la construcción de viviendas para los obreros con planes de desarrollo en las zonas sin urbanizar. Se potenció la construcción de viviendas y escuelas.

Se actualizaron las Ordenanzas de la Construcción, que existían desde el siglo xix y en 1963 se concibieron las nuevas con los requerimientos del momento que se estaba viviendo.

Es válido aclarar que Cuba ha tenido un proceso de revolución social a partir del año 1959, por lo que muchos de los elementos asociados a los crecimientos urbanos espontáneos, la segregación social y la exclusión no han tenido cabida en este modelo, donde lo primero y más importante para el gobierno ha sido favorecer la calidad de vida de las personas y, sobre todo, defender al hombre como ser social.

Desde el 3 de febrero de 1962, a pocos meses del triunfo de la Revolución en Cuba, Estados Unidos de América inició un bloqueo económico, comercial y financiero a partir de la orden ejecutiva presidencial 3447 que implantó formalmente John F. Kennedy. Este bloqueo fue diseñado para provocar carencias y desesperación en el pueblo cubano.

Dicha situación ha sido el principal obstáculo que ha impedido el avance económico de Cuba. Por este concepto se han causado pérdidas al país por más de novecientos treinta y tres mil seiscientos setenta y ocho millones de dólares (también Estados Unidos pierde mil millones de dólares al año al no poder comerciar con Cuba productos que Cuba compra en otros países). Bajo estas condiciones, el gobierno y el pueblo cubanos han tenido que hacer ingentes esfuerzos para mantener estabilidad en todas las ramas para el desarrollo básico del país, pero, además, se han mantenido todos los sentidos en la permanencia de las doctrinas o ideales principales del proceso revolucionario, que, como ya se han mencionado antes, indican hacia la mejora de la calidad de vida de la población.

Independientemente de este contexto se puede afirmar que fueron significativos los resultados de los treinta primeros años de la Revolución.

Entre las décadas de los años sesenta y setenta se hicieron grandes cambios en las leyes que se relacionaron con el desarrollo agropecuario del país, con la educación, la vivienda, entre otros aspectos. Sobre todo, se comenzaron a modificar las formas de vida en las zonas no urbanas. De modo que en las ciudades principales específicamente en La Habana las intervenciones para el mejoramiento o crecimiento de las zonas centrales se detuvieron.

En los años setenta, se indicó, como parte de las estrategias para el incremento de las viviendas, el crecimiento y construcción de las mismas en las zonas no compactas de la ciudad. En sitios, como el hoy llamado municipio Plaza de la Revolución, se experimentó con la introducción de los sistemas prefabricados para la construcción de edificios altos y en la periferia de la ciudad se trabajó en la edificación de viviendas con las microbrigadas (grupo de personas pertenecientes a una empresa o varias que se reunían para construir sus viviendas con el apoyo del gobierno y asesoría técnica). En estos casos los edificios de viviendas tenían básicamente entre cuatro y cinco plantas. Éstas fueron viviendas sociales construidas por el estado y entregadas a la población.

En 1976 se realiza en el país una nueva división política administrativa, y en 1984 se introducen de manera organizada las regulaciones urbanas generales. Después de 1990, se revisaron estas regulaciones y se redactaron regulaciones específicas para cada municipio del país.