«Los temas recurrentes en mis textos literarios suelen ser el desarraigo, el viaje iniciático y los límites y problemas del conocimiento»

David Jiménez Torres (Madrid, 1986) es doctor en Estudios Hispánicos por la Universidad de Cambridge. Ha sido profesor en universidades de Reino Unido y de España y en la actualidad es investigador posdoctoral en la Universidad Complutense de Madrid. Es autor de las novelas Salter School (2007) y Cambridge en mitad de la noche (2018) y de los ensayos El país de la niebla (2018) y 2017. La crisis que cambió España (2021). También ha publicado la monografía Nuestro hombre en Londres. Ramiro de Maeztu y las relaciones angloespañolas (2020) y coordinó el libro colectivo The Configuration of the Spanish Public Sphere (2019). Ha colaborado en diversos medios y actualmente es columnista del diario El Mundo.


¿Puedes hablarnos de tus obras publicadas hasta el momento: qué tipo de libros se tratan, dónde los has editado, qué temas abordan?

Por suerte, o por desgracia, me atraen géneros y tipos de escritura bastante distintos. Por ello el conjunto de mis libros publicados es bastante heterogéneo, quizá incluso esquizofrénico. He publicado dos novelas (Salter School, en Martínez Roca, y Cambridge en mitad de la noche, en Entre Ambos), dos ensayos literarios (El país de la niebla, en Ipso, y El mal dormir, en Libros del Asteroide), un ensayo de análisis político (2017: La crisis que cambió España, en Deusto), y una monografía académica (Nuestro hombre en Londres. Ramiro de Maeztu y las relaciones angloespañolas, en Marcial Pons; es la versión en español de Ramiro de Maeztu and England, publicado por Boydell & Brewer). Los temas recurrentes en mis textos literarios suelen ser el desarraigo, el viaje iniciático y los límites y problemas del conocimiento. En mis trabajos de investigación me he centrado especialmente a los intercambios culturales entre España y Reino Unido y también a la figura del intelectual moderno.

¿Cuáles son tus autores de cabecera: quiénes te influyeron más en tus comienzos? ¿Puedes citar algún autor o autora que hayas tratado de tomar como modelo?

Como todo lector con tendencia al entusiasmo, con el tiempo he querido imitar a muchos escritores distintos. Supongo que un modelo general han sido los novelistas que trabajan con los códigos de la novela realista pero con la enorme libertad que sigue permitiendo ese género: Philip Roth, Jonathan Franzen, Zadie Smith o algunas novelas de Kazuo Ishiguro. Para mi libro más reciente, El mal dormir, me ayudó mucho leer Insomnia, de Marina Benjamin, y El don de la siesta, de Miguel Ángel Hernández.

Actualmente, abundan libros donde se produce la mezcla de géneros, en que la novela, el ensayo y el testimonio personal se confunden, etc. ¿Crees que esta tendencia a mezclar los géneros se ha dado siempre, o se está manifestando ahora con mayor intensidad? 

Diría que es algo más propio de nuestra época que de épocas anteriores, sobre todo en su vertiente de libros que se están publicando en grandes sellos, que no están en los márgenes de la producción literaria sino más bien al contrario.

Entre los escritores y escritoras en lengua española de las últimas décadas, ¿quiénes crees que están abriendo puertas a la necesaria renovación y de qué manera? ¿Qué propuestas te interesan más?

Recuerdo pocas lecturas que me deslumbraran tanto en su momento como las novelas de Francisco Casavella. Sobre todo Lo que sé de los vampiros y El día del Watusi. No sé si contarían como «necesaria renovación», pero en aquel momento me parecieron obras que oxigenaban mucho. Por lo demás, no tiendo a centrarme tanto en qué se debe renovar sino en quién está haciendo algo valioso especialmente bien. Me gusta mucho, por ejemplo, el diálogo con la tradición y con el idioma de Ignacio Peyró, su búsqueda de un castellano limpísimo y que sin embargo suene natural y eficaz. También me gusta cómo trabaja el humor Daniel Gascón, sobre todo en La muerte del hípster; y me gusta la ligereza engañosa y a veces angustiada de los libros y cuentos de Aloma Rodríguez. Las propuestas de Karina Sainz Borgo y de Miguel Ángel Hernández, siendo muy distintas entre sí, también me resultan muy interesantes. Y en los últimos meses he leído un libro que me ha parecido realmente único, de una autora con una sensibilidad propia y un talento literario fuera de lo común: Vilnis, de Bárbara Mingo.

¿Puedes hablarnos de tus proyectos en marcha: qué estas escribiendo y qué clase de libro crees que resultará?

A finales de 2022 saldrá un libro de investigación sobre la figura del intelectual en el que llevo trabajando mucho tiempo; se titulará La palabra ambigua. Después quiero terminar un libro de cuentos que tengo a medias, y cuyo hilo conductor es la experiencia de vivir lejos de tu país. Luego me gustaría volver a la novela, y lo más seguro es que escriba una nueva novela de campus, solo que esta vez ambientada en España.

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