Al qual dho Colon sabida la fortuna y muerte de los que avian partido de allí, dende a algun tpo acordo de yrse para el rrey de portugal que era en aquella sazon el rey Don alonso para negoçiar con el alguna manera para que le ayudase para yr a buscar aquellas tierras y según se cree y afirma no le descubrio del todo el secreto como el lo sabía y lo tenía por memoria escrito salvo dandole de lexos alguna noticia y rrazones como se sabia que avia çiertas tierras ygnotas y no conoçidas las quales halladas serian de mucho provecho si fueran avidas e sojuzgadas e de que habia en ellas mucho oro pasando algunas causas y rrazones persuasivas para que dicho rrey se ynclinase a gastar algo y lo enbiase a las buscar y esto sería el año de mill e quatroçientos y setenta e cinco años o poco mas el qual dicho Colon andubo tras el dicho rrey en esto algunos años y platicando con algunos de su Corte en ello y algunos avia que les parecia bien otros burlavan dello teniendolo por ayre y como esto fue en tiempo que el rreyno de Portugal y Castilla estaban rebueltos sobre la entrada que el dicho rrey Alonso entro aca en Castilla en fabor de la excelente que se deçia hija del rrey Don Enrique el quarto entonces el dho Xpoval Colon no fue ansi oydo ni ovo lugar ni ayuda en su negocio como la calidad del lo requeria y enfadado y como aburrido de la dilacion del mucho tienpo que en aquello avia gastado acordo de se venir para el rrey Don Fernando y la rreyna doña Ysavel en Castilla con la mesma empresa y negociacion de la manera que con el dicho rrey de Portugal negociaba […] (fol. 1r., imagen 8).[xvi]
En su opinión, el más interesado en mantener la leyenda del piloto anónimo fue el mismo almirante, que incluyó en sus escritos cómo un marinero tuerto del Puerto de Santa María y un piloto de Murcia le aseguraron haber llegado arrastrados por el temporal hasta las remotas costas de Occidente, donde se abastecieron de agua y leña para regresar. «Que el piloto muriese en su casa y le legara los papeles, adorno añadido puede muy bien ser; que el piloto existió y de su boca supo cómo había ido y vuelto de las tierras incógnitas, confirmado por él está» (46). Cristóbal Colón igualmente cuenta que en el año 1484 vio a un vecino de la isla de Madeira acudir ante el rey para pedirle una carabela con el fin de salir a descubrir cierta tierra, que juraba haber visto cada año, tanto él como otros vecinos de los Azores. Ésta es la razón de que en los mapas antiguos se incluyesen algunas islas que salpicaban aquellos mares, especialmente una que llamaban la Antilla, que situaban a poco más de doscientas leguas al Poniente de las islas Canarias y de los Azores. «Esta estimaban los portugueses, y hoy no dejan de tener opinión que sea la isla de las Siete Ciudades, cuya fama y apetito aún ha llegado hasta nos […]» (Casas, lib. 1, cap. 13, p. 99).[xvii]
II
«Pois que maravilha é que passassem três mil anos sem que se houvessem estendido os homens por todas as partes do Mundo?».
Frutuoso, vol. 1, 129
Pedro Barrantes Maldonado en su obra Ilustraciones de la Casa de Niebla da noticia de todos los hechos protagonizados por los miembros de una de las casas más importantes de la aristocracia española, los Medina Sidonia, la misma que en su día será encargada por Felipe II para dirigir la Armada Invencible contra Inglaterra. Colón, habiendo pedido ayuda a uno de estos duques, quedará registrado en esta crónica. Las tres primeras páginas del capítulo tercero de la novena parte de la obra afirman que Cristóbal Colón ya había estado en América con anterioridad a la fecha oficial de 1492.[xviii] Resulta cuando menos sospechosa la insistencia de Colón en su búsqueda de apoyo para conseguir «descubrir» aquellas tierras por él ya descubiertas. Sin embargo, el también historiador y bibliógrafo Pascual Gayangos, pese a respetar a Pedro Barrantes Maldonado como historiador, no acepta en ningún caso la afirmación del predescubrimiento de Colón que aparece en el documento. Me inclino a pensar que Gayangos no dio crédito en ningún momento al testimonio de Barrantes sobre Colón y decidió pasarlo por alto. En una de las pocas notas aportadas en los volúmenes ix y x de la edición impresa de Ilustraciones de Medina Sidonia incluida en Memorial Histórico Español: Colección de documentos opúsculos y antigüedades que publicó la Academia de la Historia en 1857, Gayangos llega a preguntarse cómo un historiador tan escrupuloso y preciso como Barrantes pudo haber cometido tan craso «error» como el de afirmar que Cristóbal Colón ya había estado en el Nuevo Mundo antes de 1492:
Es cosa averiguada que Colón nació en Génova y no en Milán; por lo demás las noticias que nuestro autor da del ilustre descubridor del Nuevo Mundo, están tan poco conformes con lo que de él sabemos que no deja de causar extrañeza que un escritor, generalmente exacto y concienzudo como a todas luces lo es Barrantes Maldonado, incurriese en un error tan palpable y manifiesto como el de suponer que antes de su venida a España había reconocido ya la costa de Santo Domingo, saliendo de Inglaterra, lo cual equivale a decir que había ya descubierto y hallado el Nuevo Mundo (Gayangos, 397).[xix]
En lo referente a la mención de Colón, las únicas diferencias con los demás manuscritos de las Ilustraciones son las correcciones del documento original, esto es, del borrador. Sin embargo, estas correcciones serán de una importancia capital para la interpretación global del documento. En la presente cita, que corresponde a las primeras líneas del documento original (ms. 9/134), incluyo las correcciones entre corchetes y en letra cursiva. Dice así: