POR ADALBER SALAS HERNÁNDEZ

En los últimos veinte años, tomando como materia de investigación obras, entrevistas, biografías, diarios y autobiografías de escritores y artistas, he ido elaborando una teoría de los procesos creativos que se sostiene en dos conceptos complementarios: el Factor Munchausen y la Función Autor. Esta aproximación no resume por entero la génesis de la creatividad, cuyo desarrollo también puede ser debido a otras circunstancias que no abordaremos aquí, pero explica el origen de gran parte de ella: aquella que parte de lo más profundo de nuestro inconsciente y que se nos impone como una necesidad irrenunciable. Escribo, decía Emily Dickinson, porque no puedo evitarlo.

Escojo hablar de la traducción porque se trata del principal dispositivo para la convivencia humana. Pero también porque, en determinadas circunstancias, puede transformarse en una manera de modificar los términos de dicha convivencia. Pienso en el caso particular de Puerto Rico y su posición dentro de la órbita de influencia estadounidense. Su situación oficial es la de Estado Libre Asociado –término ambiguo donde los haya–; no obstante, su situación de facto es la de un territorio ganado por las armas en 1898 y conservado a través de métodos de subyugación tanto militares como económicos. A pesar de ocurrir a lo largo de todo el siglo XX –y lo que llevamos del XXI–, los mecanismos de este dominio no difieren sustancialmente del modo en que las potencias europeas ejercieron el poder sobre sus territorios en siglos pasados. En esta ocasión, quiero concentrarme en un aspecto particular de tal dominio: su lado lingüístico. La ascendencia del inglés como lengua hegemónica es considerable en Puerto Rico. Aunque buena parte de la comunicación cotidiana ocurra en español, el inglés ocupa el lugar de lengua de prestigio. Su uso está bien visto e incluso es deseable en ciertos círculos de poder económico y político. Esto produce una suerte de estado de escisión lingüística permanente en el país. El inglés ha ocupado numerosos y significativos espacios de la sociedad puertorriqueña como uno de los métodos más eficientes de colonización. Pues con la lengua se filtra la cultura que la detenta e impone. Sin embargo, el bilingüismo se ha vuelto una herramienta para nuevas formas de resistencia. Resulta patente en el ámbito literario puertorriqueño: la producción de textos bilingües ha brindado oportunidades insólitas para desarticular la autoridad de la lengua hegemónica.

Dos poetas aprovechan esta situación con lucidez singular: Raquel Salas Rivera y Urayoán Noel. Sus respectivas poéticas, distintas y estimulantes cada una a su manera, comparten este rasgo. Ambas brotan en ese espacio ambiguo entre idiomas, haciendo que el sentido de lo dicho resbale y se transforme permanentemente.

El volumen Lo terciario / The Tertiary, de Salas Rivera, está compuesto de este modo. Los poemas están escritos en español e inglés, traducidos por el autor, y resulta evidente cómo el tránsito entre lenguas le ha servido para producir un tercer lugar, un espacio alterno donde el poder de la lengua colonizadora es diluido por el ejercicio poético. Pero no se trata de cambiar un amo por otro: el español no es postulado como alternativa. La elección no es binaria. Antes bien, esta escritura abre un horizonte otro, donde lo dicho a través de este ejercicio lúdico y feroz de traducción no responda a ningún dueño. 

Al inicio del libro encontramos una Nota sobre la traducción: «los títulos de estos poemas provienen de la traducción del capital de marx que fue realizada en el 1976 por pedro scaron. publicada por siglo veintiuno editores. esta traducción era una parte clave de los programas de formación política de la izquierda puertorriqueña durante los años 70 y 80.

karl ‘carlitos’ marx, pedro scaron y rsr».1

Esta nota no sólo cumple una función de aclaratoria o advertencia: contiene en sí una poética. Lo terciario / The Tertiary realiza una lectura transversal de El Capital, valiéndose de frases pertenecientes al texto de Marx como títulos para los poemas, pero también como una capa textual que cubre los poemas del libro: un lente a través del cual leerlos. No es un mero formalismo el que impulsa a Salas Rivera a subrayar el nombre del traductor; a través de este gesto, hace hincapié en la ubicuidad de tal ejercicio –estamos rodeados y formados por textos traducidos– y su poder transformador social. Esta misma convicción alimenta los poemas de Lo terciario / The Tertiary. Pienso en uno de los más notables: No se cambia una chaqueta por una chaqueta: 

tomemos dos mercancías, por ejemplo, 50 años de trabajo y una deuda acumulada por 50 años.

como propietaria de la primera

decides llevarla al caribe hilton bancario donde daría mi vida por pagar esta deuda.

pero te explican que no da

así como la deuda y los 50 años de trabajo son valores de uso cualitativamente diferentes, son cualitativamente diferentes los trabajos por medio de los cuales llegan a existir: el del inversionista y el del colonizado. tu vida no es suficiente. tendrás que pagarla con el trabajo de tus hijos y los hijos de tus hijos.

digamos que les dices nunca tuve

porque nunca quise que heredaran mi deuda aquellos que apenas saben distinguir

entre coquito y leche.

Salas Rivera escribe en minúsculas para alejarse de manera visible de la norma. No es una floritura estilística ni un capricho; es una decisión política –como lo es, en el fondo, todo rasgo estilístico–. En este registro de lo minúsculo atendemos a los esfuerzos de un yo por saldar una deuda impagable. Impagable es aquí el adjetivo clave. Con un tono que tiene algo de onírico, el yo del poema vuelve una y otra vez al banco con la esperanza de finalmente deshacerse de la deuda, pero sólo recibe confirmaciones de cómo la deuda se prolonga, primero a los hijos –esos que el yo del poema ha escogido no tener– receptores de este compromiso en la medida en que son colonizados y no inversionistas. La versión en inglés posee dos palabras en español, dos términos significativos que desestabilizan su homogeneidad: caribe y coquito. 

El ente caribe hilton bancario / caribe hilton banking resalta cómo la industria turística funciona como un brazo más del poderío político y económico. Ha añadido al nombre del conocido hotel una facultad bancaria que revela su genuina naturaleza. Estas palabras se transforman en sutiles lugares de resistencia, zonas de opacidad lingüística: Salas Rivera transforma estos momentos del texto en voces intraducibles. Con ello nos hace reconsiderar el modo en que la deuda y el uso normativo del inglés están íntimamente ligados.

Más adelante, el yo recibe explicaciones por parte de la entidad bancaria: la deuda se expande como gangrena por el tejido social de Puerto Rico. La contraen familiares y conocidos, incluso el paisaje mismo. Finalmente, el yo se ve obligado a echar mano del patrimonio inmaterial del país:

recorres todo puerto rico como un espectro. agarras puñales de lo que sea:

sombrillas de gasolinera, piedra caliza, actas de nacimiento, tiendas quebradas, etc. etc. etc.

vuelves al banco con tu isla tan densamente ingerida que toses semáforos y entierros y dices

he aquí todo lo que cabe

entre el mar caribe y el atlántico norte. he aquí: mi imaginario.

pero te dicen

debes la nada

Estos últimos versos, en inglés, adquieren singular fuerza:

but they say

you owe nothingness 

Nothing es una palabra tan común como nuestra nada. En cambio, nothingness –la naditud– no es un vocablo común; introduce un elemento de fina extrañeza en el poema. La deuda recae sobre los elementos plurales que conforman su imaginario de la isla y su envés: la nada. Omnívora, abraza lo que existe y su contradicción, el vacío. 

Esta deuda es enunciada en dos lenguas: cruza de una a la otra como una fractura idéntica. Salas Rivera acomete este asunto –que condiciona cada aspecto de la vida en el país– asegurándose de que sea inteligible para todos los lectores. Traduciendo su urgencia, su carácter opresivo. El imposible saldo de la deuda funciona también como metáfora del paso entre idiomas. No hay medida que permita hacer viable el intercambio entre lengua colonizada y lengua colonizadora, así como no hay ningún bien o patrimonio que sacie la deuda impuesta por un poder externo. Resta la estrategia de la permutación desproporcionado, de la mezcla, de una reciprocidad no reglada. Es lo que sucede en suprasegmentacionalidades, perteneciente al libro huequitos / holies:

las heyes las wepas los vayas

los cabroooooooooooón/esos

son los días correctos dale que dale

es monday

llega una mediana y no está rara

ja. pero no ha. genérico. es decir común

es decir mano o mana

es decir man o maná

o confúndete o delete me o me jodes

o me dejas

así. como la media que soy y medio

como mediana y doce veces extrema 

como medirse contra y con 

travesía a través de la travesura

eso señorísimos damas es 

el mamabichismo más bicho del chismitorio

del purodialecto mañana nana

donde fabrican nada más ni menos

que nuestro realísimo idioma2

Se trata de una apuesta distinta. Además del uso de voces pertenecientes al inglés y al español, hallamos un vaivén que no atañe sólo al vocabulario, sino también a la inclusión del lenguaje oral y a la fabricación de palabras compuestas con la materia verbal hispanoparlante. Es la entrega excesiva de una lengua a la otra, la travesía a través de la travesura. Un exceso que tuerce y desquicia el binarismo lingüístico y, a la vez, la lógica de poder colonial que pretende imponerse en Puerto Rico. Exceso que podríamos enunciar con las palabras de suprasegmentalidades(2): 

recuerda ERES MÁS QUE TODAS TUS TRADUCCIONES

Tácticas similares se despliegan en un libro como Transversal, de Urayoán Noel. Al abrirlo topamos con una nota donde el autor califica de «translocal» su experiencia como puertorriqueño. Se trata de una experiencia que obliga al sujeto a deslizarse entre distintas nociones de territorialidad, de nacionalidad y, por supuesto, entre diferentes lenguas. Transversal aprovecha ese deslizamiento. Así, una porción de los textos que lo componen va del español al inglés, otros del inglés al español y aún otros provienen de las corrientes feroces entre estas dos aguas. Pero todos aprovechan la mutabilidad del significado, su capacidad para transformarse en tránsito. No en vano la primera sección se titula Missed Translations / Mis Traslaciones: esas traducciones erradas yerran en errancia fértil. Allí se encuentra No Longer Ode / Oda indebida, dedicado a la abuela del autor, del cual cito un pasaje: 

A hurricane destroyed your sense of home 

El huracán arrasa lo que amas. 

and all you wanted was to pack your bags 

Quieres viajar de noche, sin manera, 

in dead of night, still waving mental flags, 

sin maletas, izar mental bandera. 

forgetting the nation is a syndrome. 

Del mar llevas la espuma, panoramas 

All that’s left of the sea in you is foam, 

de una patria inasible y sus dolamas, 

the coastline’s broken voice and all its crags. 

voz ronca de disturbios mar afuera 

You hear the governor admit some snags 

inundando ciudades de salmuera. 

were hit, nada, mere blips in the biome, 

El gobernador vende melodramas 

nothing that private equity can’t fix 

para saciar al buitre inversionista; 

once speculators pour into San Juan 

le ora a San Ciprián y Santa Clara 

to harvest bad seeds of an idea. 

sabiendo que la isla se vacía. 

She tells you Santa Clara in ’56 

Dice tu abuela, y a primera vista, 

had nothing on the brutal San Ciprián, 

que el viento de la muerte no compara. 

and yes, your abuela’s named María. 

Ella que también se llama María.3

María: el nombre del huracán que arrasó la isla en el 2017 es también el nombre de la abuela y, por extensión, del hogar. La morada y su destrucción parecen estar íntimamente ligadas. Con esta superposición, Noel pareciera insinuar que esa consciencia «translocal» implica aceptar la convivencia de sentidos múltiples, a veces opuestos, en un mismo vocablo. El hablante se desliza entre estos significados posibles como lo hace entre las lenguas, sin permanecer en una, perteneciendo al espacio de fricción entre ellas, grieta fructífera, patria inasible. Si atendemos a cómo cohabitan el español y el inglés en este poema, hallaremos un escenario de contaminación cruzada, de mutua fertilización: dicen más o menos lo mismo o, mejor, dicen más cada una, más a su modo. Se leen mutuamente, se hablan mutuamente. Noel escribe en ambas una epístola rimada que es también canto de protesta bifronte. Desarma, con este gesto, la relación de verticalidad entre ellas. Una y otra se traducen mutuamente, insurrectas, para impugnar la mecánica opresiva del poder ejercido sobre el país.

1. Raquel Salas Rivera. Lo terciario / The Tertiary. Oakland: Timeless Infinite Light, 2018. Edición bilingüe. Traducción al inglés del autor.
2. Raquel Salas Rivera. huequitos / holies. Santurce: La Impresora, 2016. Edición bilingüe. Traducción al inglés del autor.
3. Transversal. Urayoán Noel. Tucson: The University of Arizona Press, 2021.