Esta reflexión personal, esta mirada compartida sobre la realidad española previa a la crisis financiera de 2008, no conforma un explicación sociológica de los males del país, sino el testimonio de un ciudadano que, junto con otros ciudadanos no expertos, ha asistido –y por desgracia todavía aún lo presencia– a cómo la narrativa cultural privilegiada por la clase política ha construido diversos sistemas clientelares de personas sin ningún tipo de formación ni otro oficio más que el del medre en la política profesional. La incidencia estadística de estas prácticas irregulares es algo que queda para los especialistas y complementa la percepción generalizada, no sólo de Antonio Muñoz Molina, de los altos índices de corrupción en la vida pública española.

En nuestra opinión, ha sido Justo Serna quien quizá ha sabido entender de manera más rigurosa el verdadero alcance de un ensayo literario como Todo lo que era sólido, uno de los títulos más leídos desde el comienzo de la crisis económica y social de 2008. Explicaba Serna en un trabajo reciente que tanto El atrevimiento de mirar como Todo lo que era sólido son ensayos tentativos en los que, «con prosa libre, con forma demorada y envolvente, sin academicismos y sin barbarismos, sin tedio y sin sobrentendidos, Muñoz Molina se empeña en averiguar el estado de España. […] Como un explorador atento y algo perdido. Habla de su pretérito imperfecto, de su presente continuo y de su futuro incierto» (Serna, 2014, 9). Efectivamente, Muñoz Molina habla de «su» pasado, presente y futuro porque las metáforas de las que surgen las contradicciones de su mundo son también compartidas con la mirada de sus lectores. Por ello tanto en el año 2013, fecha en la que Todo lo que era sólido fue publicado, como también hoy, resulta fundamental la propuesta que hacía Muñoz Molina al señalar que el presente adverso tan sólo se puede cambiar si se construye una narrativa cultural en la que en vez del «pelotazo» se privilegie que cada ciudadano «dé lo mejor de sí» y, por supuesto, que «el historiador se esfuerce en contar las cosas como fueron y en desbaratar los embustes y las leyendas que nunca dejan de difundir los intoxicados por las ideologías» (Muñoz Molina, 2013, 316). Desgraciadamente, a pesar de las esperanzadoras palabras con las que concluía este libro («Después de tantas alucinaciones, quizás sólo ahora hemos llegado o deberíamos haber llegado a la edad de la razón»), los resultados de las últimas elecciones en España apuntan a que todavía el país se encuentra lejos de los ideales ilustrados promovidos en sus páginas. En cualquier caso, buena parte de las metáforas que configuran las contradicciones de nuestro momento están presentes en el valioso compendio de Todo lo que era sólido.

 

Conclusiones

Como hemos comprobado, si planteamos una lectura de las obras ensayístico-literarias de Antonio Muñoz Molina desde la perspectiva encorsetada a la que aludíamos al inicio del trabajo, es muy probable que el resultado de nuestra lectura presente una visión parcial. Sin embargo, en nuestra opinión, el marco de claves de lectura que hemos ofrecido en las anteriores páginas amplía las posibilidades de estudio y de comprensión de las obras de Antonio Muñoz Molina. Como escribió el autor en el periódico El País:

«Contamos y escuchamos historias de ficción no para escapar del tedio de la vida real sino por la necesidad instintiva de comprenderla y ordenarla. La placentera evasión que nos procura una buena historia tiene siempre un camino de vuelta, aunque no siempre seamos conscientes de haberlo recorrido. La ficción es muy anterior a la literatura y mucho más universal y más importante que ella. Narradores extraordinarios no han escrito nunca. A lo largo de la mayor parte de la historia humana, ni siquiera han sabido que existía la escritura, ni la han necesitado» (Muñoz Molina, 30 julio 2011).

 

Por tanto, como la ficción es un instrumento instintivo de comprensión y de ordenación de la realidad, la lectura de los ensayos literarios de Muñoz Molina contribuye a ensanchar los límites de nuestra interpretación del mundo y, sobre todo, a vivir en la mirada compartida de la hospitalidad dispensada a las ideas ajenas.

 

Universidad de Groningen

Este trabajo ha sido realizado dentro de las actividades de investigación del proyecto de la Comisión Europea Horizonte 2020 Ciencia Excelente Marie Skłodowska-Curie número 645666 «Narraciones Culturales de Crisis y de Renovación».[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

BIBLIOGRAFÍA
· Lakoff, G.; Johnson, M. Metaphors We Live By, University of Chicago, Londres, 2003.
· Muñoz Molina, A. Córdoba de los Omeyas, Seix Barral, Barcelona, 1991.
–. La verdad de la ficción, Seix Barral, Barcelona, 1992.
–. Travesías, Universidad Nacional Autónoma de México, Pértiga, Ciudad de México, 1997.
–. Pura alegría, Alfaguara, Madrid, 1998.
–. José Guerrero: el artista que vuelve, Seix Barral, Madrid, 2001.

–. «El miedo de los niños», en El País, Madrid, 21 julio 2011.
–. El atrevimiento de mirar, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2012.
–. Todo lo que era sólido, Seix Barral, Barcelona, 2013.
· Serna, J. La imaginación histórica: ensayo sobre novelistas españoles contemporáneos, Fundación José Manuel Lara, Sevilla, 2012.
–. Antonio Muñoz Molina: el tiempo en nuestras manos, Fórcola, Madrid, 2014.
· Suárez, I. A.; Casas, A. (eds.). Antonio Muñoz Molina, Arco Libros, Neuchatel, 2009.

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