Los resultados del análisis sugieren que el conocimiento museológico latinoamericano se fundó, principalmente, en teorías de autores franceses, así como que éste fue, de forma progresiva, reapropiado y adaptado a las experiencias de la región. Los autores que escribían desde la práctica museística se basaban prioritariamente en experiencias autóctonas, es decir, regionales, mientras que los autores académicos utilizaban en su mayoría referentes europeos. En cuanto a las citas de autores franceses, éstas aparecen sobre todo en los textos de autores brasileños. El número más significativo de citas de autores latinoamericanos está en las aportaciones de autores argentinos. Las citas en textos de autores brasileños, cuando referencian a otros autores latinoamericanos, se circunscriben, en su mayoría, a la citación de otros colegas brasileños. Algunos de los teóricos de la museología del este de Europa fueron incorporados indirectamente, por medio de textos en los que no eran citados de forma directa. Un ejemplo de ello son Zbyněk Stránský y Anna Gregorová; sus tesis sobre el estudio de la museología son comentadas con frecuencia, pero sus obras no son citadas, razón por la cual hay un bajo número de referencias en lo que respecta a esta región.

Las actas con mayor número de citas de autores francófonos fueron las de la reunión de 1996, cuyo tema de debate fue la «Museología y arte». Tuvo lugar en Río de Janeiro. En 1997, se discutió en el encuentro de Ecuador, en Cuenca, sobre «Museos, memoria y patrimonio». El encuentro de 1999 organizado en Venezuela, en Coro, fue el que obtuvo una mayor citación de autores latinoamericanos. Este hecho pudo deberse a que el tema fue el de «Museología, filosofía e identidad en América Latina». Analizando la totalidad de los textos que se publicaron durante la década de los noventa, se puede observar que articulistas latinoamericanos repiten títulos y autores que estuvieron entre los de mayor influencia. Destacan Néstor García Canclini (Argentina), citado en dieciocho artículos; Waldisa Rússio (Brasil), con once citas; André Desvallées (Francia), con citas en seis artículos; Mário Chagas (Brasil) y José Linares (Cuba), cada uno citado en tres artículos. Aparecen, asimismo, profusamente referenciados autores que no son del área de la museología, pero pertenecientes a disciplinas próximas que se estudian desde el ámbito museal; éste es el caso de Paulo Freire (Brasil) y Jacques Le Goff (Francia). Otros teóricos de gran relevancia en las ciencias sociales son utilizados con frecuencia. Entre ellos destacan los franceses Pierre Bourdieu, Michel Foucault, Jean Baudrillard y Maurice Halbwachs. Cabe señalar que la mayor parte de los científicos sociales citados en los textos de latinoamericanos son europeos y hombres, mientras que los autores latinoamericanos y museólogos que se citan son, en su mayoría, mujeres.

Partiendo de los evidentes signos de colonialidad que parecen ser inherentes a la museología latinoamericana del cambio de siglo, nuestra investigación tuvo que afrontar un proceso de subversión de los cuadros de dominación en la teoría museológica, en tanto que herramienta de los centros hegemónicos del conocimiento.

 

TRANSCULTURACIÓN DEL CONOCIMIENTO MUSEOLÓGICO: ¿PARADIGMAS DE UN CAMPO SUBVERTIDO?

Según los autores poscoloniales, el conocimiento producido en la actualidad no puede disociarse de su base, de las universidades metropolitanas y las instituciones centrales que fomentan y controlan la circulación de sus contenidos. En esta «economía del conocimiento» (Connell, 2015), procede reconocer que los países del llamado «tercer mundo» también pueden generar conocimiento e, incluso, desarrollar un enfoque crítico sobre los «clásicos». La mayoría de las discusiones y estudios poscoloniales difícilmente han considerado a América Latina como partícipe activa (Coronil, 2008). En el caso de los museos, aunque sometidos a una dependencia relativa de las tendencias y normativas de la centralidad —y a veces la teoría es interpretada como dogma sostenido por la colonialidad del saber—, surgen variadas experiencias locales: en particular, en pequeños museos, museos locales o comunitarios que han subvertido las representaciones y métodos coloniales. Con cierta frecuencia, la ausencia de recursos o de profesionales cualificados han llevado a los museos a reinventar sus propias prácticas y su misión en la región.

Es urgente reconocer que, entre los estudios de museología producidos y publicados en América Latina, la perspectiva crítica y reflexiva estuvo presente desde los años noventa en aquellas teorías propuestas por los pensadores que publicaron en las actas del ICOFOM LAM. Y corresponde destacar, entre tantos otros, a autores como Norma Rusconi, quien, a través de su contribución de un tesauro de museología, fue, probablemente, la primera persona que introdujo la discusión de género en la museología latinoamericana (Rusconi, 1997); o Mário Chagas (2000), que, basándose en Foucault, destacó el papel de los ecomuseos como instrumentos de poder para los actores locales; o Tereza Scheiner (1998), quien, a partir de Stránský, puso a prueba su concepto «fenómeno museo» a través de la diversidad cultural como trazo característico de las experiencias museales en América Latina. Estos textos críticos presentaron miradas desde los contextos socioculturales de la región y se caracterizan por ser un movimiento de renovación surgido de la transformación de influencias extranjeras, aun cuando éstas no sirven del todo, ni de forma aislada, para explicar esos mismos contextos.

Son múltiples los análisis sobre el conocimiento museológico que se generó en América Latina a través del ICOFOM LAM entre los años 1990 y 2000; en ellos se aprecian los evidentes rastros de la museología de Europa Oriental y de Francia, pero también la existencia de muchos enfoques teóricos basados en las experiencias de la praxis local. Por todo ello, podemos observar cómo el conocimiento en la región pasó por un proceso de transculturación, gracias a la apropiación de ideas, conceptos y planteamientos internacionales que produjeron una museología renovada en el sur. El concepto de la «transculturación», del antropólogo cubano Fernando Ortiz (1940), podría ser aplicado toda vez que el conocimiento se produce en virtud del encuentro de más de una cultura. Esto conlleva la creación de nuevos fenómenos culturales y nuevas aportaciones, en el caso que nos interesa, del saber museológico.

Según Rusconi (2002, p. 169), el ICOFOM LAM «nuclea la teoría y la praxis museológica en América Latina y el Caribe». Le reconoce «haber madurado un pensamiento doblemente identitario». Así expresaba la autora sus reflexiones sobre los diez primeros años de trabajo del ICOFOM LAM: «Por una parte, su preocupación ha sido reconocer la diversidad cultural de los pueblos latinoamericanos expresada en sus memorias colectivas y en su rico patrimonio; por otra parte, ha trabajado en la elaboración de pautas metodológicas que le han permitido consolidar un espacio de memoria activa que transmite con veracidad el sentido de una disciplina museológica que trabaja por el rescate y la construcción de los valores socioculturales de las sociedades contemporáneas». (2002, p. 169). Mientras que en el campo museológico se bosquejaban los trazos de la colonización del conocimiento, en las últimas décadas aún se han podido percibir varios ejemplos muy representativos para denunciar la lógica del poder que narra la museología de nuestros días. Así, podemos recuperar el ejemplo de la reinterpretación en América Latina de la nouvelle muséologie, a partir de cómo fue pensada en las metrópolis y de cómo fue interpretada en los primeros ecomuseos en la región. Desde mediados de los años noventa, se crearon en diversos estados de Brasil ecomuseos. Su concepción se basó fielmente en las ideas de teóricos franceses como Hugues de Varine y Georges-Henri Rivière. En un sentido colonial, la presencia de Varine y de su praxis museológica en Brasil era percibida, por parte de los actores de las colectividades locales, como una figura necesaria a la hora de establecer y legitimar el ecomuseo, se alejaban de la idea de una «museología subalterna» en la región. No obstante, durante los últimos años se ha planteado y presentado un conjunto heterogéneo de paradigmas y tendencias de origen latinoamericano en museologías regionales y locales. La museología social o sociomuseología, desarrollada a partir del pensamiento del portugués Mário Moutinho y marcada por la actuación del Movimiento Internacional para una Nueva Museología, el MINOM, ha movilizado a un gran número de actores en favor de una «museología activa» social y políticamente, con expresión en diversos países de América Latina. La producción teórica de los últimos años, ligada al movimiento, no fue contemplada en revistas y libros especializados de la región y, sin embargo, sí fue estudiada en publicaciones europeas. La mayor parte de los textos y encuentros que se han llevado a cabo en torno a la museología social se han realizado en Europa, y la principal publicación con textos de autores especialistas en el tema de la museología social es Cadernos de Sociomuseologia, revista editada por la Universidade Lusófona de Humanidades e Tecnologias de Portugal.

Otro grupo de museólogos ha seguido la corriente de la autodenominada «museología crítica». Esta tendencia es una línea teórica que surgió en la década de los ochenta en la Academia Reinwardt de Ámsterdam. Propone que los museólogos y museos se basen en el contexto histórico, político y económico en el que se encuentran inmersos y lo consideren clave. La museología crítica, según Óscar Navarro (2006), «defiende que el conocimiento producido y expuesto en los museos está cultural, social y económicamente determinado», de modo que refleja un momento específico de la sociedad que lo gesta. Basándose en la teoría crítica de Theodor Adorno y Max Horkheimer, Navarro define la museología crítica como una teoría que reclama el hecho de que la museología tradicional y sus principios básicos son fruto de la sociedad. Para J. Pedro Lorente (2012, p. 243), tal propuesta teórica no difiere de forma significativa de la interpretación de la «nueva museología», tanto si se consulta la definición en inglés como en español, utilizando la visión más amplia del término.

Total
34
Shares