En estas condiciones, Menzies admitió que este error no era aceptable, ya que los chinos sabían de la costa en cuestión, por lo que dio la siguiente justificación al error:

  1. Dado que en esta época los pilotos no sabían determinar la longitud, al navegar a lo largo de la costa, estimaron, a la vista de la misma, la distancia recorrida, que les pareció muy corta debido a que fueron arrastrados por la fuerte corriente que existía en el área.
  2. Así pues, como el mapa mostraba la protuberancia oeste africana poco acentuada debida a esta apreciación falsa de la distancia recorrida, Menzies decide «estirar» la carta en aquella zona para compensar el error.
Figura 7. Corrientes en el golfo de Guinea. Se muestran las rutas de retorno, desde Mina, de los navíos portugueses desde finales del siglo XV en adelante

Cuál no sería su asombro al obtener una forma muy aproximada con la realidad de la costa de África en aquella zona, operación que él mismo ofrece en el grabado extraído de la página 98 del libro (véase imagen 5).

Sin embargo, la realidad es otra: en esa zona la corriente costera se mueve precisamente al revés, como se puede ver en el grabado siguiente, extraído del África Pilot (figura 7).[xviii] De hecho, los navíos portugueses que volvían de Mina tenían que seguir ruta hacia el sur, sudoeste y oeste con el fin de superar esta dificultad, que no sólo se debía a la fuerza de la corriente sino también al viento, que soplaba en contra.

Las Sailing Ship Routes inglesas son también muy claras en la derrota aconsejada para los veleros en la zona (figura 8).

Figura 8. La «volta da Mina» en las Sailing Ship Routes

El autor se verá por lo tanto obligado a revisar su corrección, teniendo en estas condiciones que comprimir aún más el oeste africano, lo que tal vez probaría que la flota china no estuvo en aquella zona.

Analicemos ahora el viaje a Venezuela, rodeando la costa brasileña y continuando hacia el cabo de Hornos efectuado por Hong Bao y Zhou Man. Como es sabido, la corriente ecuatorial en el Atlántico se bifurca en las proximidades del cabo de San Agustín, yendo su rama norte hacia el noroeste y su rama sur al sudoeste. Para realizar el viaje por la costa del actual Brasil, al sur del cabo de San Agustín, es necesario proceder como indica el grabado (figura 9). Es la ruta de la carrera de la India, seguida por todos los veleros incluso hasta en la época actual. Podemos fijarnos, por ejemplo, en la derrota de los veleros de la Vendée Globe Challenge que, como «bolinan» bien, no necesitaron aproximarse tanto a la costa de África para ganar más barlovento al alisio del sureste (figura 10).

Figura 9. La «volta do mar» de los navíos de vela que van a la India, en el Atlántico sur, la única forma de cerrar la costa brasileña

En estas condiciones, un velero en Venezuela no tiene ninguna posibilidad de dirigirse hacia el este y sureste, para remontar el cabo de San Agustín, no sólo por tener la corriente en contra sino también el viento.

Sobre los vientos y corrientes habría mucho más que analizar como, por ejemplo, la aparente facilidad con que el autor muestra a los navíos visitando el Polo Norte, el Polo Sur, el cabo de Hornos, el estrecho de Magallanes, etcétera.

Figura 10. La derrota de los veleros de la Vendée Globe, de 2004, en el Atlántico sur

LA ASTRONOMÍA
El autor afirma a menudo que la Estrella Polar está en el Polo Norte, cuando en realidad en 1421 estaba a 3° 49′ del Polo.[xix] Así, por ejemplo, en la página 61 afirma que la Estrella Polar «cuando se observa desde el Polo Norte, se encuentra directamente sobre la cabeza del observador a 90° de altura […]».[xx]

También se dice que los chinos usaban sextantes, o al menos sextants en inglés, que podría tener otro significado, que sin embargo desconozco.[xxi]

En la página 89 se comenta que los chinos no tenían en el hemisferio sur una estrella para orientarse. Esto lleva a Menzies a afirmar que «para localizar una [to locate one], tienen que navegar hasta las aguas heladas del sur profundo». Y más adelante: «este fue uno de los principales objetivos de la expedición». [xxii]

Con ello, el autor está justificando el viaje que Hong Bao hizo al Polo Sur y las Malvinas, ya que para localizar a Canopus (era ésta la estrella ansiosamente buscada) se hacía necesario situarse debajo de ella, o sea en una latitud igual a su declinación, que en la altura era de 52° 18′.

Sin embargo, Menzies nunca se refiere a esta coordenada y dice siempre que los buques deberían alcanzar los 52° 40′, que es prácticamente la declinación de Canopus en el momento actual y no la de esa época. Parece que el fenómeno de la precisión de los equinoccios no le es muy familiar.

Suponemos que el autor quiere decir que Canopus podría ser un excelente medio de determinar la latitud si se observa en su paso meridiano, ya que es una estrella muy brillante en el cielo austral. Para ello su declinación tendrá que ser conocida. Pero que sea necesario quedarse debajo de una estrella para conocer su declinación es algo que yo desconocía completamente, al menos hasta ahora, después de leer con mucho gusto esta fascinante obra.[xxiii]

Llama la atención que la misma acción fuera necesaria, según el autor, para localizar el Cruzeiro do Sul, ¡navegando hasta quedarse debajo de las estrellas, que son cuatro!

También emplearon el mismo método para determinar la posición del Polo Sur, como Menzies afirma en la página 140 que transcribo con gran placer y éxtasis intelectual: «Los chinos ya determinaron la posición de Canopus en el cielo, […] pero para encontrar su posición respecto al Polo Sur, tendrían que determinar con rigor la posición del propio Polo».[xxiv] Esta fue la razón que llevó a Hong Bao a dirigir la proa de sus naves al Polo Sur.

Para finalizar los comentarios a esta operación de localización de estrellas, transcribo de la página 145 lo siguiente: «La determinación de las posiciones en el cielo de Canopus y del Cruzeiro do Sul, por parte de los astrónomos chinos, constituyó un momento decisivo y relevante en la historia del conocimiento humano del mundo».[xxv]

Otro importante hecho a tener en cuenta fue la determinación de la longitud rigurosa, a través de la observación de eclipses lunares. Esta operación sólo fue llevada a cabo por Yang Quing en el Índico, como se dijo anteriormente, y durante el período de febrero de 1421 a septiembre de 1422.

La observación de un eclipse de luna permite de hecho obtener la hora de un meridiano de referencia, ya que el fenómeno es simultáneo en todos los lugares de la tierra en que el fenómeno resulta visible. Si en el lugar de la observación se obtiene con rigor la hora local y si se sabe previamente la hora del fenómeno en el meridiano de referencia, será posible obtener la longitud.[xxvi]

El autor refiere que para determinar las longitudes en el Índico fueron construidas innumerables torres de observación donde los astrónomos de Yang Quing se instalaron a la espera del eclipse.

Sin profundizar en el método propuesto por Menzies, que francamente no convence a nadie, sólo quisiera acentuar que el autor se refiere siempre a la observación de un eclipse total de luna,[xxvii] que según él se repite semestralmente.