Pero en realidad, en el período considerado sólo hubo un único eclipse total de luna, como se puede ver por el extracto presentado de un catálogo de eclipses lunares (véase imagen 6),[xxviii] y que también se puede reproducir a través del programa Starry Night del ordenador.
Todo esto con el agravante de que, para realizar dicha operación, tendrá que ser de noche en el lugar de la observación, lo que de hecho no sucede, como fácilmente se puede demostrar a través del programa Starry Night o de cualquier otro buen programa de ordenador, al igual que consultando la tabla, en la que sólo aparece indicado un eclipse de luna el 13 de agosto de 1422 a las 0618 UT. Y resulta que, como para los observadores al este de Greenwich es más tarde, en el Índico, donde el infatigable Yang Quing determinaba longitudes, ¡era de día!
Por lo tanto, todos esos astrónomos esparcidos por las torres del Índico debieron haberse sentido bastante defraudados al no haber tenido la oportunidad de observar su tan deseado eclipse.
CARTOGRAFÍA
Veamos, para finalizar, algunas consideraciones relacionadas con la cartografía, visto que esta materia es muy del agrado del autor de esta interesante obra.
Menzies basa toda su investigación admitiendo que a partir de 1423, año de la llegada del último de los barcos que descubrieron el mundo a Pekín, la cartografía europea asimiló los conocimientos adquiridos y reflejó tal hecho en la cartografía. El mapa de Kangnido, con África tan bien delineada (probamos hace poco que al final no estaba tan bien delineada), sería una de las consecuencias de esa acción.
La carta que se presenta al final del texto (véase imagen 7), y que es europea y de 1351, anterior por lo tanto a 1421, ya presenta la forma de África con mucha aproximación.[xxix] ¿Quién daría esa información al italiano autor de la carta? Destaquemos que aparentemente quien dio la información no contó con la corriente del golfo de Guinea, por lo que también la distorsionó bastante en su parte oeste, ¡aunque ahora en sentido contrario!
Veamos ahora cómo Menzies pretende demostrar que la carta de Piri Reis, de 1513, es muy rigurosa en su representación de América del Sur gracias a las explotaciones de Hong Bao que, como se debe recordar, navegó por la zona de la Patagonia, cabo de Hornos, Polo Sur, etcétera.
Para ello el autor presenta la figura siguiente (figura 11) que merece una particular atención. Se nota que se pretende ofrecer la idea de que las costas situadas al este de la punta sur del continente son increíblemente semejantes entre sí (Piri Reis y carta actual), sobre todo porque el autor las colocó a la misma altura y empleando dimensiones muy parecidas.
Pero un análisis más cuidadoso del grabado y de la observación de la carta en su totalidad, que se presenta al final del texto (véase imagen 8), muestra la cruda realidad.
De hecho, el cabo Blanco de Piri Reis sólo puede ser el actual cabo de San Agustín, dada su distancia del Ecuador, que he trazado sacando una línea horizontal desde Santo Tomé y Príncipe, que está en el Ecuador.[xxx]
Fijémonos también en otra interesante observación de Menzies con respecto a la carta de Piri Reis, deteniéndonos para ello en el grabado de la página 122 (figura 12). En este caso, el autor pretende demostrar que las Malvinas están bajo el centro de la rosa de los vientos que tienen, según él mismo, y transcribo «[…] unas malagetas (spokes se refiere a las líneas de rumbo), que los navegantes llaman líneas de portulano, usadas para la navegación denominada de portulano, también conocida como triangulación».
Voy a intentar ofrecer una traducción del inglés, porque esta cita lo merece: «Estas líneas de rumbo son lo que los navegantes llaman las líneas de tráfico, utilizadas en portulanos de navegación, también conocidas como triangulación».[xxxi]
Hay otro curioso concepto expuesto por el autor. Se trata de admitir que los rumbos dibujados en la carta de Piri Reis corresponden a direcciones concretas de diversos puntos en tierra que convergen en las islas Malvinas.[xxxii] Como se sabe, las líneas de rumbo dibujadas en las cartas de la época eran auxiliares geométricos para trazar rumbos en la misma, con el auxilio de dos compases o más tarde con reglas de paralelos u otro dispositivo adecuado. Pero el autor, para justificar las exploraciones hidrográficas en el área,[xxxiii] da otra utilidad a las líneas de rumbo, modificando todo el sentido de su uso o construcción.
Observemos también que el autor insiste en comparar el sur de la Patagonia con toda la América del Sur. Admitiendo que las latitudes en la carta estén bien calculadas en ambos hemisferios, el centro de la rosa se encontraría a unos 16°, o sea un poco más al sur que Cabo Verde, que se encuentra al norte, a 15°. Como las Malvinas están a unos 52°S, la diferencia obtenida es de hecho bastante grande.
Se incluye además una grosera distorsión de un texto de António Galvão que expondremos, para finalizar esta larga exposición. Se trata de una copia de la página 320 del libro (véase imagen 9), donde Menzies tiene como objetivo demostrar que las instrucciones dadas por el rey Juan II a Covilhã corroboran su creencia de que los portugueses tenían una carta en la que ya aparecía el cabo de Buena Esperanza.
La transcripción que hace es, según el texto de la nota 2, referente a Castanheda, sin llegar a identificar la obra ni indicar el número de página. Admitamos que se trata, por supuesto, de la Historia del descubrimiento y la conquista de la India por los portugueses, que en su página 8 contiene el texto que se muestra debajo del primero.[xxxiv] Como este texto es bastante diferente del transcrito, busqué rápidamente el texto de Juan de Barros[xxxv] y el de António Galvão[xxxvi] referentes al asunto.
Como se puede observar mediante la comparación de los tres textos posibles, el de Castanheda será el más cercano a las indicaciones de Menzies. Gracias a ello podemos verificar que el rey don Juan II dio a Alfonso de Paiva y Pêro da Covilhã una carta de marear, sacada de un mapa mundi, para que en ella pusieran la tierra del preste Juan y el camino por donde pasaran. Es decir, la carta serviría para registrar información y no para dar información. Sin embargo, Menzies pretende darle el sentido opuesto, intentando demostrar que la carta serviría para indicarles el camino.
Esto es sólo una muy pequeña parte de lo que podría ser comentado sobre el libro de Gavin Menzies.
Casi todas estas indicaciones le fueron planteadas al señor Menzies hace pocas semanas en el Instituto do Oriente, que tan solo contestó a la cuestión sobre los monzones que, según afirmó, es algo muy discutible. Me parece que quien conoce el océano Índico o el Oriente considera que ésta es de las materias que no se discuten.
A pesar de todo, dijo que en la próxima edición iba a revisar muchas cosas, incluyendo la cuestión de la longitud.