La Casa de Contratación de Indias fue desde principios del siglo xvi (1503) uno de los motores más importantes para el desarrollo de la actividad científica en Europa. Para poder navegar y comerciar por todos los mares y océanos del mundo era necesario no sólo un conocimiento empírico transmitido a través de muchas generaciones de marinos, sino uno teórico. Por siglos, muchos de los mejores pilotos o marinos habían dependido de su «instinto» y de su experiencia. La enseñanza náutica, teórica y práctica, estaba encomendada a los «pilotos mayores» de la Casa. Pero a mediados del siglo xvi pasó a estar en manos de catedráticos especializados en materias como Cartografía, Cosmografía, Astronomía, Artillería, incluso Agricultura, así como otras disciplinas afines a la ciencia y el arte de navegar, además de ser los encargados en trasladar y reubicar fauna y flora entre Europa y el resto del mundo. Será el constante trasiego de barcos, personas y mercancías, producto de una actividad casi frenética entre el río Guadalquivir y el resto de los nuevos territorios y mares descubiertos, lo que haga necesaria la creación de la Casa de Contratación. Dicha institución tuvo una importantísima función para el desarrollo de la ciencia y el arte de navegar, y, al estar localizada en la ciudad de Sevilla, centro neurálgico de las navegaciones atlánticas junto con Lisboa, ejerció una gran atracción para los científicos, no solamente españoles sino también extranjeros, como Américo Vespucio o Sebastián Caboto. Son numerosos los nombres que merecen ser destacados salidos de esta Casa. Uno de ellos fue Alonso de Santa fue Cruz, inventor de instrumentos de navegación y gran historiador, autor de obras como una Historia universal y una Crónica del Emperador Carlos V, entre otras. Alonso de Chaves, en quien se aúnan experiencia como marino y teoría científica, fue el autor de Espejo de navegantes, uno de los mapas escritos más importantes de su tiempo. Como en toda institución, hubo celos y envidias entre los diversos pilotos, acusándose unos a otros de falta de experiencia marítima o de exceso de conocimiento práctico. Pedro de Medina, autor del Arte de navegar, escribió una carta al rey Carlos I que tuvo como resultado que se prohibiese al gran cartógrafo Diego Gutiérrez componer cartas de marear e instrumentos de navegación. Posteriormente, un hijo de Gutiérrez, del mismo nombre, junto con el grabador flamenco Hieronymus Cock, elaboró uno de los mapas más importantes de su tiempo, Americae sive quartae orbis partis nova et exactissima descriptio, en el que aparece por primera vez el nombre de «California». Otro hijo suyo, de nombre Sancho, fue catedrático de arte de la navegación y cosmografía de la Casa de la Contratación. Rodrigo Zamorano, por su parte, ejerció como cosmógrafo, matemático y fabricante de instrumentos científicos, cuya utilización enseñaba a los pilotos de la Casa. Colaboraba con pilotos como Pedro Sarmiento de Gamboa en temas de cartografía y estudio de eclipses lunares. Domingo de Villarroel puso en duda en alguna ocasión los conocimientos de Zamorano precisamente por no tener suficiente experiencia como marino. Andrés García de Céspedes, sucesor de Zamorano, fue otro de los grandes cosmógrafos y matemáticos de su tiempo. En conclusión, se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que la Casa de Contratación, junto con la Universidad de Mareantes y el Consulado de Sevilla de mercaderes, son tres de las instituciones más importantes de este periodo.[37]

Pero, al igual que destacamos en el caso de la educación y la fundación de universidades, estos conocimientos científicos no se limitaron únicamente a la metrópoli. Matemáticos como el mercedario novohispano Diego Rodríguez (1596-1668), cuya ciencia que se ha podido dar a conocer gracias a los trabajos de investigación de Elías Trabulse, muestran las extraordinarias aportaciones en matemáticas, astronomía e ingeniería publicadas por este científico.[38] Otro ejemplo es el del dominico fray Juan Caro, superviviente de la armada de Magallanes y apresado por los portugueses en la ciudad de Cochín, que se ofrecerá al emperador Carlos I como matemático, astrónomo y experto en navegación por los mares de Asia: «Dado es de la naturaleza del hombre desear mucho de saber» (fol. 1r.).[39] En su carta, primero le pide mercedes al emperador para uno de los héroes olvidados de la primera vuelta al mundo, el capitán de la nao Trinidad, Gonzalo Gómez de Espinosa, que tuvo que interrumpir su trayecto a causa de una avería y que, según Juan Caro, no pudo llevarse los laureles de ser el capitán al mando de la primera vuelta al mundo, honor que se concedió a Juan Sebastián Elcano. En segundo lugar, fray Juan Caro se ofrece él mismo al rey para servir como experto cartógrafo en lo tocante a los mares y navegación por las costas de Asia:

E porque tengo señor entendido que vra. inclita maiestad es codicioso de servidores mathematicos sutilles, como parece por las largas mercedes que a los extrangeros portogueses manda hazer syendo claros sabidores en el arte. [M]e ha parecido deuer de hazer el oficio de buen servidor en le ofrecer quanto valgo y puedo con my saber que me sera de mucha merced y gracia en servir a vra. serenissima maiestad en todas las cossas que ocurrieran y me mandare. [Y]o señor soy artista y theologo y canonista y en el arte del astrolabio muy entero en el altura por el norte y sol y crucero del Sul, de mucha aventaia: por cuya razon el de portugal tiene en my gran credito y me haze honroso partido… [P]or que veo el gran provecho que aposentado en Seuylla hare en los del reyno enseñandoles el arte del astrolabio y altura con muchos secretos de la navegación y descubrimento de muchas tierras ricas en oro dentro de su demarcacyon: y como puedan yr en esse reyno navegando al leste dende maluco en monzones por my bien sabidas. Con que señor vos hare mucho servycio (AGI, Patronato, 34, R 26, 2r).

 

Sin este tipo de tempranos expertos en el arte de la navegación no hubiese sido posible recorrer las aguas del Pacífico y los mares de Asia. Sin cosmógrafos y marinos como el agustino Andrés de Urdaneta, no se habría podido descubrir y cartografiar la ruta que poco después recorrerían los galeones españoles de Filipinas a Acapulco, en el llamado «tornaviaje», ruta que tanto ansiaban aprender los japoneses de ese tiempo, pero a los que «diplomáticamente» nunca se les dará el secreto. Pedro de Acuña, gobernador de Filipinas, le escribe esta carta al emperador del Japón en 1602:

Por la carta de V[uestra] A[lteza] y por lo que me ha dicho mi antecesor he entendido que V[uestra] A[lteza] quiere el trato de la nueva hespaña y aunque me dizen que se ha hecho diligencia con el Virrey quel Rey nro. S[eñor] tiene en mexico para que de quenta a su Magd. dello la tornare yo a hazer agora de nuevo con mucho deseo de buen suçesso para que aya mas comunicaçion entre castillas y japones y se consiga el gusto de V[uestra] A[lteza].[40]

 

Fue el propio Urdaneta el que cartografió las Islas de los Volcanes (Hawaii) y Australia doscientos años antes que el inglés James Cook. El «tornaviaje», esto es, volver de las Filipinas a la Nueva España, ya lo había intentado infructuosamente en 1522 Gonzalo de Espinosa, superintendente de Magallanes. En 1543 lo intentará nuevamente Bernardo de la Torre, que tampoco lo conseguirá, aunque algunos digan que fue el primer descubridor de Hawaii. Dos años después, en 1545, Iñigo Ortiz de Retes, capitán de Ruy López de Villalobos, volverá de nuevo a intentarlo y será él quien bautice al archipiélago asiático con el nombre de «Filipinas», en honor de Felipe II. Por fin, en 1564, Alonso de Arellano, piloto del primer gobernador de Filipinas, Miguel López de Legazpi, lo conseguirá junto con su piloto mulato Lope Martín. Pero será Andrés de Urdaneta en 1565 el que llevará a cabo el trabajo científico, anotando la circulación de los vientos y corrientes, convirtiendo así la ruta Filipinas-Acapulco en algo rutinario para los «galeones de Manila», tan importantes en el intercambio comercial entre los productos de China y los del resto del imperio (como la plata de la Nueva España para la acuñación de moneda en Asia).[41] Sin duda, estos viajes transoceánicos son la primera expresión del comercio global. Porcelanas chinas, en forma de jarrones o juegos de té, biombos, bargueños de carey, abanicos de seda y marfil, y mantones de seda, se convertirán en productos de consumo en los virreinatos de México y Perú tanto o más que en la propia metrópoli.

 

CONCLUSIÓN

Hallo más intolerancia en los que hoy se dedican al estudio, que entre los que se dedicaban a la ciencia en siglos anteriores: y es tan común y ordinario el odio á nuestro pasado que, sin duda, á esto mismo se debe la falta de gusto clásico que se observa en muchos de nuestros hombres eminentes (Octavio Cuartero, p. xii).

 

Lo cierto es que durante el Renacimiento y el Barroco la ciencia en España y en sus provincias de ultramar no estuvo ausente en ningún momento. Se podría incluso afirmar que el Renacimiento llegó a Europa gracias a las traducciones y creaciones realizadas en algunos centros del saber de la península ibérica. Gran parte de este material fue transmitido por árabes y judíos, que a su vez lo habían recogido de otros pueblos como griegos y persas. Ha sido gracias a unos pocos investigadores que han dedicado sus vidas al estudio, que se han podido dar a conocer genios olvidados nacidos en los más diversos rincones del mundo hispánico. Confío en que, entre todos, podamos rescatar del olvido a nuestros hombres y mujeres de ciencia y darlos a conocer antes de que desaparezcan en los polvorientos rincones de archivos poco conocidos y a veces apartados de las grandes urbes. Tengo constancia de que esto ya se está realizando y que incluso algunos científicos españoles, como en su día hiciera don Ramón Menéndez Pidal a lomos de mula, se aventuran a viajar a otras regiones de lo que fuera el antiguo imperio español en busca de una cultura que compartimos. La otra opción es, como decía Unamuno, aceptar que en España no hubo ciencia, ni arte, ni filosofía, ni Renacimiento, ni nada…

 

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· «Real Cédula al maestro fray Francisco de Vitoria, catedrático de Prima de la Universidad de Salamanca, rogándole dé su parecer sobre ciertas dudas que han surgido en lo que respecta a la instrucción y conversión de los indios, una vez haya consultado también con los otros teólogos de esa Universidad».. AGI, Indiferente, 423, L. 18, F.209V-210V. (Toledo 31 de enero de 1539).

· «Real Cédula al maestro Fray Francisco de Vitoria, catedrático de Prima en la Universidad de Salamanca, dándole cuenta de que el obispo de México ha escrito que en aquella tierra hay necesidad de clérigos para instruir y convertir a los indios, y que ha sabido que él tiene buenos discípulos, entre los que debe escoger doce, a los que se les proveerá en Sevilla de pasaje y matalotaje para ir a aquellas tierras». En Toledo a 18 de abril de 1539. (Indiferente, 423, L.19, F. 234V-235R).

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[1] Sorprende el escaso interés que ha habido en España hasta hace relativamente poco tiempo en relación a la historiografía femenina en las Américas, como ya he escrito en varias publicaciones desde 1993. Las españolas ya aparecen en el segundo viaje de Cristóbal Colón (1492), mucho antes de que el «Mayflower» llegase a territorio americano. Por su parte, las portuguesas también viajaban a la India, formando parte de algunos de los viajes de Vasco de Gama. Véase mi trabajo, «Mujeres hispano-lusas en la expansión ultramarina de los siglos XV y XVI». Cuadernos Hispanoamericanos, 781 (2015): 4-23.

[2] En cuanto a la autoría de la obra Nueva filosofía de la naturaleza del hombre, algunos se inclinan hacia a su padre, otros a una creación conjunta de padre e hija: ¿Cuántos libros de autoría masculina no han sido, son y serán escritos por mujeres? Sobre este libro exponía en una conferencia Jesús Ruíz Fernández: «Una primera parte encantadora, ingenua, divertida, al aire libre, repleta de mil anécdotas tomadas en su mayoría del mundo animal, cual si fuera una colección de estampas de un álbum de maravillas de la Naturaleza. Y, una segunda, claustrofóbica, a modo de campo de concentración. Saludable, diríase la una, y lúgubre, la otra. Es como si de pronto fuera otra película, como si hubiera un cambio de escenario». De cualquier manera, el «tratado» está ahí, y no en vano Lope de Vega calificó a esta mujer como la «musa décima». Incluso se ha llegado a comparar su prosa con la de Miguel de Cervantes. Miguel Sabuco, su padre, fue bachiller en la Universidad de Alcalá como consta en un documento de 1543 del Archivo Histórico Nacional, Universidades L. 476, fol. 99.

[3] Véase C. Bustamante, et al. «El suco nerveo sabuceano y los orígenes de la neuroquímica en el Renacimiento español». Revista de Neurología, 36. 12 (2003), 1190.

[4] Véase, Elías Trabulse, «El universo científico de Sor Juana Inés de la Cruz», Colonial Latin American Review 4:2 (1995), 41-50.

[5] Véanse, Sophia Menache. «Faith, Myth, and Politics: The Stereotype of the Jews and Their Expulsion from England and France», también, Mark R. Cohen. Under Crescent and Cross: The Jews in the Middle Ages, 3-13.

[6] Soldado de infantería, y especialmente de la Guardia Imperial turca, reclutado a menudo entre hijos de cristianos. RAE.

[7] Algunos pueblos nórdicos han sabido vender su endogamia, esto es, su aislamiento racial, como si de una tarjeta de presentación se tratase. El explorador Sir Walter Raleigh presumía de que en su viaje a la Guayana, a diferencia de los conquistadores españoles, ni uno solo de sus hombres había puesto la mano encima a una mujer india: «If this boast is true, their behaviour was a world away from that of the band of some seventy Spaniards traveling up the river Paraguay in 1537, who, on being offered their daughters by the Indians, call it a day, and settled down to found what became the city of Asunción» (Elliott 83). Está científicamente probado el peligro que supone para los animales, racionales o no, un exceso de endogamia («inbreeding»), de «pureza de sangre». Como recuerda John H. Elliot: «While cohabitation between English men and Indian women inevitably occurred —and in 1639, to the horror of New England colonist, between an English woman and an Indian man— it was not on anything like the scale to be found in the Spanish colonies and it is significant that mestizos born of these unions have largely disappeared from historical record» (Elliot 82-83). Véase mi trabajo, de próxima aparición, «”Leyenda Negra” y el triste destino de dos mil “meninos” castellanos en el corazón de África (1493)».

[8] En el estado de Vermont ha sido constitucional esterilizar a mujeres de origen indígena o católico hasta el año 1980. Las mujeres de origen católico eran en su mayoría «Quebecois», esto es, canadienses de origen francés. Se consideraba que estas mujeres contaminaban la gran corriente racial anglosajona («pure Yankee stock»). Este movimiento pseudocientífico se conoce como «eugenesia» y está conectado con las teorías del darwinismo social. La moderna eugenesia comenzó en Inglaterra y fue puesta en práctica en Estados Unidos y en varios países nórdicos, incluyendo la Alemania de Hitler. Véase, Nancy. L. Gallager Breeding Better Vermonters. The Eugenic Project in the Green Mountain State.

[9] En mi caso no comparto su animosidad contra el imperio portugués, con una conquista muy parecida a la que en otro tiempo hiciera el Reino de Aragón, pero que con poco más de medio millón de habitantes pudo dominar medio mundo. Muchas veces ese «dominio» se realizó a base de negociaciones comerciales dado que, a falta de gente, la expansión territorial era limitada.

[10] Nuestro querido vecino ibérico, Portugal, desde hace años está haciendo algo que podemos imitar dado que la mayoría de sus habitantes son, no solo bilingües, sino trilingües (portugués, español e inglés). El hecho de ver desde niños en la televisión las películas extranjeras en su lengua original, con subtítulos, hace que los portugueses estén altamente familiarizados con el inglés y con el español.

[11] No conozco ningún otro caso como el de Juan Latino, español de raza negra que en pleno siglo xvi consiguió una cátedra en Gramática y Latín en la Universidad de Granada y terminó casándose con una dama de la nobleza. Cervantes y Lope de Vega lo alababan en sus escritos. Véase, Aurelia Martín Casares, Juan Latino: talento y destino. Granada: Universidad de Granada, 2016.

[12] Recuérdese la expresión acuñada en Francia, presuntamente por Alejandro Dumas, nieto de una esclava africana, y usada hasta no hace mucho tiempo: «Africa comienza en los Pirineos». Don Miguel de Unamuno se autocalificaba dialécticamente como africano al igual que San Agustín o Tertuliano y llamaba «bestia rubia» al mundo germánico. Sin duda, Unamuno protestaba de la «ortodoxia científica», del positivismo que equivalía a lo moderno europeo, la «inquisición científica» que él llamaba, y reivindicaba la «sabiduría» frente a la ciencia. Para Unamuno, la ciencia busca la vida, la sabiduría te prepara para una buena muerte. También Unamuno era consciente de que la Alemania de su tiempo era el país más avanzado científicamente.

[13] «Nothing can be more opposed to all the arts and sciences than an adventurous taste, since this distorts nature, which is the prototype of everything beautiful and noble. Thus, the Spanish nation has also demonstrated little feeling for the fine arts and sciences» (p. 51). Kant, Emmanuel. Observations on the Feeling of the Beautiful and Sublime and Other Writings. Ed. by Patrick Frierson and Paul Guyer. Cambridge: Cambridge University Press, 2011.

[14] «The Spaniard’s bad side is that he does not learn from foreigners; that he does not travel in order to get acquainted with other nations; that he is centuries behind in the sciences. He resists any reform; he is proud of not having to work; he is of a romantic quality of spirit, as the bullfight shows; he is cruel, as the former auto-da-fé». Kant, Emmanuel, Anthropology from a Pragmatic Point of View, Translated by Victor Lyle Dowdell, edited by Hans H. Rudnick. Southern Illinois University Press, 1996 (231).

[15] Véase, B.R. Hergenhahn. History of Psycology. 5th edition. Belmont, CA: Thomson-Wadsworth, 2005. 175.

[16] Juan Pimentel y José Pardo Tomás, «And yet, we were modern. The paradoxes of Iberian science after the Grand Narratives».

[17] Véase, David Abulafia, «Jews, Muslims and Indians as Royal property», 359-382, in From Al-Andalus to The Americas, (13th-17th Centuries), Destruction and Construction of Societies. Edited by Thomas Glick, Antonio Malpica, Félix Retamero & Josep Torró. The Medieval and Early Modern Iberian World, Leiden: Brill, 2018.

[18] Véase, Manuel Giménez Fernández, Breve biografía de Fray Bartolomé de las Casas. Facultad de Filosofía y Letras, 1966.

[19] Archivo General de Indias, de ahora en adelante «AGI».

[20] Don Fray Bartolomé de las Casas, Obispo de Ciudad Real de la provincia de Chiapa, otorga poder a Pedro Gutiérrez, Juan Galvarro, Lucas de la Sal y Andrés Pérez para todos sus asuntos y particularmente para que en su nombre lleven a Indias cuatro esclavos negros que por virtud de cédula tenía concedidos el otorgante (AHPS. Libro del año: 1544. Oficio: XV. Escribanía: Gaspar Lopes. Folio: 127. Fecha: 28 de junio) citado en CFAAPS. Vol. 2. doc. 702. p. 157.

[21] Véase, José Manuel Malhãu Pereira, «Algunas consideraciones de orden crítico al libro, 1421- The Year China Discovered the World, de Gavin Menzies», 2-71.

[22] Algo parecido se puede decir de Turquía, aunque a la inversa. No fue hasta 1453 cuando cayó el imperio bizantino cristiano para dar paso a la religión musulmana.

[23] Tanto el judío de Israel o de Estados Unidos, como el español, necesitan saber más de la importantísima influencia de la herencia semítica (música, traducciones, gastronomía, arquitectura, lengua, tradiciones, etcétera) que llegó, y sobre todo se creó, en la península Ibérica, durante la llamada Edad Media. Aunque la conquista de América contiene buena parte de los parámetros de la conquista que realizaron los romanos en la península Ibérica, ¿la podemos entender sin la influencia semítica?

[24] Véase, Mignolo, Walter, «The Movable Center: Geographical Discourses and Territoriality During the Expansion of the Spanish Empire».

[25] Alquitira, nombre hispano árabe que hace referencia al nopal, goma blanquecina que fluye de forma natural del tronco y de las ramas del tragacanto, muy usada en farmacia y en la industria. Diccionario, RAE.

[26] Álvarez Chanca, Diego. «Relación del Dr. Chanca» pp. 213-243, incluida en Manuel Fernández de Navarrete, Viajes de Cristóbal Colón. Madrid: Calpe, 1922. <https://archive.org/details/viajesdecristb00fern/page/240>

[27] Véase, Quatro libros. De la naturaleza, y virtudes de las plantas, y animales que estan receuidos en el vso de medicina en la Nueua España, y la methodo, y correccion, y preparacion, que para administrallas se requiere con lo que el doctor Francisco Hernandez escriuio en lengua latina: Muy vtil para todo genero de gente q[ue] viue en esta[n]cias y pueblos, de no ay medicos, ni botica y su Historia de las plantas de Nueva España [Mexico 1615]. Véase tambien de José María López Piñero y José Pardo Tomás, Nuevos materiales y noticias sobre la Histororia de las plantas de Nueva España de Francisco Hernández. Valencia: Universidad de Valencia, 1994.

[28] Véase, Bernabé Cobo y Peralta, Historia del Nuevo Mundo. Sevilla: Sociedad de Bibliófilos Andaluces, 1890.

[29] Véase, León-Portilla, Miguel. Bernardino de Sahagún, pionero de la antropología. México: Universidad Nacional Autónoma de México y el Colegio Nacional, 1999.

[30] «Real cédula al provincial de la orden de San Francisco en Nueva España: que los niños que al presenten están en el Colegio de México de hijos de los naturales para que aprendan la lengua y doctrina cristiana, tienen mucho ingenio y capacidad y para esto han sido gran causa ciertos religiosos de su orden que los instruyen en las cosas de la fe católica; que se le encarga provea que esta obra tan santa se continúe y lo encargue a los dichos religiosos agradeciéndoles lo que en ello trabajan y animándolos para que continúen». (AGI, México, 1088, L. 3, fols. 164v-165r.).

[31] La Real Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino de Santo Domingo, ya había funcionado como «Studium Generale», germen de la futura universidad desde 1518.

[32] Real Cédula al maestro fray Francisco de Vitoria, catedrático de Prima de la Universidad de Salamanca, rogándole dé su parecer sobre ciertas dudas que han surgido en lo que respecta a la instrucción y conversión de los indios, una vez haya consultado también con los otros teólogos de esa Universidad. AGI, Indiferente, 423, L. 18, F.209V-210V (Toledo 31 de enero de 1539).

[33] «Real Cédula al maestro Fray Francisco de Vitoria, catedrático de Prima en la Universidad de Salamanca, dándole cuenta de que el obispo de México ha escrito que en aquella tierra hay necesidad de clérigos para instruir y convertir a los indios, y que ha sabido que él tiene buenos discípulos, entre los que debe escoger doce, a los que se les proveerá en Sevilla de pasaje y matalotaje para ir a aquellas tierras». En Toledo a 18 de abril de 1539. (Indiferente, 423, L.19, F. 234V-235R).

[34] Véase, Antonio Barrera Osorio. Experiencing Nature: The Spanish American Empire and the Early Scientific Revolution. Austin: University of Texas Press, 2006.

[35] Véase, Nicolás García Tapia, Un inventor navarro: Jerónimo de Ayanz y Beaumont, 1553-1613. Pamplona: Universidad Pública de Navarra, 2001.

[36] El arte de la destilación se conoce desde tiempos de la antigua Mesopotamia, sin embargo, esta es la primera vez que la podemos ver aplicada a los viajes de navegación (1595). No queda claro si Fernández de Quirós (1553-1613) se adjudica el invento para él. Lo que sí sabemos es que Jerónimo de Ayanz (1565-1614) también conocía la misma técnica.

[37] Véanse entre otros documentos, «Rodrigo Zamorano, cosmógrafo, solicita aumento de salario» (1582). AGI, Patronato, 262, R.11., «Domingo de Villarroel: instrumentos y cartas de navegación». (1584), Patronato, 262, R. 1. También, AGI. «Real Cédula al presidente y oficiales de la Casa de Contratación para que pongan edictos sobre la provisión del oficio de piloto mayor y que los exámenes los hagan Pedro Ambrosio Onderiz, cosmófrago mayor, Rodrigo Zamorano y Domingo de Villarroel». 1595-1599. AGI, Indiferente General, 426, L. 28, F. 219v.-220v.

[38] Véase, Elías Trabulse, «Un científico mexicano del siglo xvii: fray Diego Rodríguez y su obra». Historia Mexicana 24.1 (1974), 36-39.

[39] Véase, «Cartas de fray Juan Caro ofreciendo sus servicios a Carlos I como matemático, astrónomo y experto en la navegación por los mares de Asia (1525-1526)». AGI, Patronato, 34, R. 26, fols. 1r-4v.

[40] AGI. Filipinas, 19, R. 3, N35., fol. 2. «Copia de carta de Acuña al emperador japonés Dayfu Sama».

[41] Véase, Juan Gil, Hidalgos y samurais. España y Japón en los siglos xvi y xvii. Madrid: Alianza Universidad, 1991.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]